Inicio Grandes Circuitos DP World Tour El crítico momento en el que Adam arrugó el entrecejo
Jon Rahm se inventa una fantasía desde la pinaza en el hoyo 18 del Earth course

El crítico momento en el que Adam arrugó el entrecejo

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Jon Rahm, durante la tercera ronda del DP World Tour Championship.
Jon Rahm, durante la tercera ronda del DP World Tour Championship. (© Golffile | Mateo Villalba)

Jon Rahm ha ejecutado este sábado un golpe que sólo estaba en su cabeza. Ni siquiera en la de Adam Hayes.

Ha sido en el 18. Par 5. Su primer golpe ha acabado muy a la derecha. Tanto que ha tirado una provisional porque desde el tee no se sabía si estaba dentro de los límites del campo. Pero la bola estaba. Ahí, en la pinaza, en esa mezcla de corteza de árbol y arena que le confiere a los contornos del Earth course ese tono rojizo tan peculiar.

La bola estaba muy metida, cerca incluso del muro que delimita el recorrido con las casas. Tenía 228 metros a la bandera. No había opción de tirar a green. O eso al menos pensaron todos y cada uno de los mortales que estaban viendo a Jon sobre su bola. Rahm no es un mortal.

Lo vio claro desde el principio. Se lo dijo a Adam. «Creo que con la madera 3 le puedo dar la línea adecuada y pegar un golpe abierto para ponerla en el green». Su caddie frunció el entrecejo. No lo veía. Pero Jon lo tenía claro. Necesitaba recuperar terreno en el torneo y aquello de sacarla a la calle en horizontal y dejarse un tercer golpe de 200 metros no entraba en sus planes. Decisión tomada. Le podemos explicar técnicamente cómo fue el golpe, pero lo mejor es que lo cuente el propio Jon…

Efectivamente, un extraterrestre. Jon, en ocasiones, ve golpes que los demás no. Aquí tienen el tiro…

Es cierto que el de Barrika tenía mucho más que ganar que perder. Ha firmado una más que notable vuelta de 67 golpes, con cinco birdies y ningún bogey. Sin embargo, de nuevo el putt no le ha acompañado lo suficiente como para haber metido un machetazo más importante a los líderes. Saldrá el domingo a cinco golpes. No será él quien renuncie a la victoria, aunque la historia dice que es muy difícil. Bueno, realmente dice que es imposible. La mayor desventaja que ha recortado un ganador del DP World Tour Championship en la última ronda ha sido de tres golpes y sólo ha ocurrido dos veces: Robert Karlsson (2010) y Collin Morikawa (2021). Es decir, para ganar la final de Dubai, Jon tendrá que hacer lo nunca visto en el Earth course.

Rahm se sabe las cuentas mejor que nadie. Tiene claro que para darse una oportunidad tendría que llegar al -20. Eso significa hacerse mañana un mínimo de 63 golpes. «Se puede», asegura sin ningún tipo de duda. Por si alguien se mantiene escéptico, sólo hay que mirar que Matt Wallace (-16) hoy se ha hecho 60 golpes para situarse líder del torneo en solitario.

Jon ha vuelto a jugar hoy muy bien desde el tee. Se ha dado buenas oportunidades. Quizá, los únicos borrones han sido algún wedge aquí y allá que no sólo no ha dejado cerca, sino que ni siquiera ha cazado green. Ahí es donde se ve el óxido. Sin embargo, la realidad es que Rahm está con una mínima opción de ganar la Final de Dubai a pesar de haber empezado con una tarjeta-lastre de 72 golpes y de no haber metido un putt de más de dos metros en toda la semana.

Con este escenario, si el domingo se le anima el putt al golfista vizcaíno, no hay que descartar la Rahmontada. Es más, quién dice que no ha empezado ya con ese golpe mágico que sólo estaba en su bendita cabeza.

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