Hoyo 15 del Real Club de Golf de Sotogrande. Un par 4 con mucha chicha. Mucho más este jueves por la tarde, con vendaval de derecha a izquierda. Jorge Campillo acaba en el rough de la derecha, con la bola, eso sí, bien colocada. Las rachas de viento son brutales. Saber cómo puede afectar a tu bola es prácticamente un ejercicio de adivinación. Campillo tiene 178 yardas a la bandera, poco más de 160 metros. Pega el hierro 7, dibujando un golpe precioso que saca por la derecha para dejar que el aire haga el resto del trabajo y la lleve al hoyo.
El golpe es impresionante. Está a punto de entrar de vuelo. A punto, literal. La bola pica a menos de un dedo del borde del hoyo. De hecho, ha estado cerca de dañar la circunferencia del agujero. Es un tirazo. El golpe del día para el extremeño. La bola va muy buen pegada, controlada, y se queda muy cerca del hoyo. El putt de birdie no tendrá ni un metro. Jorge lo tira en mitad del vendaval y justo cuando se pone a llover. Parece guasa, pero la lluvia ha durado apenas medio minuto, el tiempo que Campillo ha estado encima de la bola. Su putt se escapa por dos dedos. Sí ha estado más cerca de meterla con un hierro 7 y a 160 metros que con un putt a menos de un metro. Las cosas del golf.
Campillo (-1), junto a Rafa Cabrera Bello (-1), además jugaban juntos, ha entregado una de las mejores vueltas de la tarde. De hecho, sólo se han producido nueve resultados mejores en el turno donde ha soplado el viento con más fuerza, con rachas que por momentos eran realmente violentas. Han hecho algo más que salvar el día. Más mérito aún si tenemos en cuenta que Jorge no se ha encontrado nada a gusto con el swing. Ha fallado algunos golpes, sobre todo con el driver. Ha pegado algunos buenos tiros, como el citado del 15, pero ha sido más bien una jornada de supervivencia. Y eso que se le han ido tres putts bastante cortos. Una de esas rondas que deja muy satisfecho.
La clave del día ha estado en su juego corto. El golfista de Norba ha estado brillante alrededor de green. De hecho, ha fallado los cuatro primeros greenes y sólo ha cometido un bogey. Su recuperación en el 4, un duro par 3, ha sido espectacular. Cierto es que a partir del hoyo 10, embocando un chip desde fuera para birdie, ha empezado a jugar bastante mejor y ha terminado pegando bien a la bola, con mejores sensaciones. Aún así, acababa reconociendo: «ahora mismo me iría a dar bolas porque no he tenido buenas sensaciones». Lo que ocurre es que con el viento que estaba soplando en ese momento no tenía mucho sentido…
