Inicio Grandes Circuitos DP World Tour ¿Cuántas hectáreas de confianza pueden comprimirse en un solo palmo de terreno?
Las otras historias de la segunda jornada del Gran Canaria Lopesan Open

¿Cuántas hectáreas de confianza pueden comprimirse en un solo palmo de terreno?

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Adri Arnaus, hoy en la segunda ronda del Gran Canaria Lopesan Open. (© Golffile | Oisín Keniry)

– Adri Arnaus (-5) se ha metido justo en el corte del Gran Canaria Lopesan Open con un birdie postrero y sabroso en el hoyo 18 de Meloneras Golf que remataba una notable vuelta de 66 golpes. Un jugador que arrancaba el año con un duodécimo puesto en Abu Dhabi y un noveno en Dubai en ningún caso iba ahora a ponerse nervioso, o a activar alarma alguna, pero también es cierto que el catalán había perdido el hilo por diferentes circunstancias y andaba ya con la mosca detrás de la oreja. En Arabia fallaba el corte y luego, en Qatar, caía enfermo con el dichoso Covid y además se veía obligado a guardar allí una cuarentena tan larga como insufrible que le impedía jugar en Kenia. Por eso, necesitaba de verdad darle un timonazo a la situación, cambiar radicalmente la dinámica y, sin embargo, hoy las cosas se le estaban torciendo.

Los números y los cálculos aquí los dejamos en manos de Rafa

Comenzaba con birdies tempraneros (hoyos 2 y 4), pero luego la ronda se le iba aplanando y no dejaba de encadenar pares, uno detrás de otro, registros más bien insuficientes, puesto que él ya arrastraba el lastre de un exiguo 69 en la primera jornada. Así, hasta llegar al hoyo 12, par 3 con mucha miga, donde salía con un bogey después de pegar un buen tiro desde el tee… Mal asunto. Y aún peor se ponían las cosas cuando fallaba la salida por la izquierda en el 13 y se veía obligado a pegar una provisional. Sin embargo, por esas cosas del golf y del destino, tan puñeteros ambos en ocasiones, Adri y su caddie Bruno Isasi encontraban la primera bola exactamente a un palmo de distancia del fuera de límites. Tenía muy mala posición para ejecutar el segundo golpe, pero se las iba a arreglar para embocar un putt de birdie desde unos siete metros… Y desde allí, pleno al fin de confianza, cerraba con dos birdies más para cumplir el primer gran objetivo. Nunca se sabe donde puede encontrar uno el impulso definitivo ni cuántas hectáreas de confianza, si puede decirse así, caben en ese palmo de terreno que le había salvado del desastre. Quizá mañana lo sepamos.

Alex del Rey está acabando con las reservas de hielo del hotel

¿Por qué lo está haciendo tan bien Thorbjorn Olesen en sus dos primeras vueltas de competición del año 2021? Seguro que usted, avezado lector, ya ha acertado la respuesta, porque es un mantra clásico del golf a todos los niveles: porque esta semana no esperaba absolutamente nada, sólo desengrasar, sentirse de nuevo en faena y poquito más. “Esta semana no esperaba nada, esa es la verdad. Sólo tenía el planteamiento de centrarme en cada golpe y nada más. Creo que eso me ha ayudado mucho”. Ya ven, el viejo cuento de las expectativas bajo mínimos, pero que de cuento tiene muy poco.

Olesen está vacunado contra el síndrome del ‘resultado insuficiente’

Guido Migliozzi ha pasado el corte en el Gran Canaria Lopesan Open con una vuelta este viernes de 64 golpes. Mucho mérito para el italiano, ya que se ha sobrepuesto a un episodio muy desagradable que vivió en el día de ayer. Su primer golpe del día, en el tee del 1, falló la calle y su bola terminó impactando de lleno en la cabeza de un voluntario. Le hizo una brecha considerable, tuvo que ser atendido y el italiano se quedó muy afectado. Se le notó durante la vuelta. Acabó firmando 70 golpes y se dejó mucho trabajo por delante. Hoy ha hecho 64 y se ha llevado una doble alegría: jugará el fin de semana y ha podido ver en el campo al mismo voluntario totalmente recuperado, eso sí, con una buena venda en la cabeza.

Cantero, Anglés y Cañi: tres historias que no tienen desperdicio

Soren Kjeldsen firmó ayer 71 golpes y se dejó muchísimo trabajo por delante. Cinco minutos después de firmar su tarjeta se metió en el coche y se fue al hotel. No hubo sesión de bolas en el campo de prácticas ni nada parecido. Prefirió lamerse las heridas en su hotel. A veces, da resultado. Hoy ha hecho 63 golpes y ha pasado el corte.

Iván Cantero ha jugado con Sean Crocker y nos ha recordado la enorme pegada del sudafricano. Cantero no es un jugador precisamente corto, más bien al contrario. Se mueve con mucha facilidad por encima de las 300-310 yardas, sin embargo ha habido algunas situaciones en las que Crocker le ha sacado varias decenas de metros. «Es impresionante, le pega muy duro, al draw y muy recto. Falla muy poco. Llama mucho la atención», afirma. Se sabe en el mundillo que Crocker es un gran pegador, pero no está de más recordarlo cuando alguien lo ve de cerca.

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Hoy se ha vivido una presentación muy especial en el tee del 1 de Meloneras Golf. Rafael Cabrera, padre de Rafa Cabrera Bello, está ejerciendo de ‘starter’ esta semana y ha tenido que presentarlo. Se ha preparado una mención muy especial. «Desde Canarias, con mi hijo Miguel en la bolsa, mi querido hijo, Rafa Cabrera Bello». Rafa ya sabía que la presentación iba a ser especial y admite que ha preferido centrarse en el golpe y no prestarle demasiada atención para no perder concentración. «Tengo ganas de verla por la tele», asegura.