Robert MacIntyre ha ganado el DS Automobiles Italian Open tras derrotar en el primer hoyo de desempate a Matthew Fitzpatrick. Ambos habían terminado con -14. No es la primera victoria del escocés en su carrera profesional, pero hay victorias y victorias y esta no tiene nada que ver con la de Chipre en 2020, la que sirvió para abrir su palmarés.
MacIntyre ha logrado hoy un triunfo de los que imprimen carácter, de los que se mantienen guardados en la retina y pueden llegar a definir a un jugador. Quién sabe si no será un antes y un después. Eso, desde luego, espera él y también Luke Donald, capitán europeo de la Ryder Cup. Sería una bendición contar en Roma 2023 con la mejor versión de este Shane Lowry a zurdas.
Poderío tiene por arrobas. De todo. Una fabulosa pegada, un excelente juego corto cuajado de recursos y un muy buen putt cuando anda afilado. Hoy lo ha puesto todo sobre el tapete y la consecuencia ha sido una vuelta estratosférica de 64 golpes… con tres bogeys. Les ayudamos rápido con las cuentas. Ha hecho la friolera de diez birdies en el Marco Simone mientras se pegaba con Matthew Fitzpatrick, Rory McIlroy, Victor Perez y compañía. Casi nada.
Sí, definitivamente, esta victoria le debe ayudar a dar el salto que le faltaba, a creérselo, a no dejar que nadie ponga en duda que él es el auténtico líder de la nueva generación de golfistas escoceses. Debe serlo. Pero para ello debe eliminar el carácter guadianesco que lo acompaña desde que irrumpió. Capaz de lo mejor y de pasarse en el limbo semanas y semanas. Este año, por ejemplo, sólo había sumado un top ten, una raquítica novena plaza en Ras al Khaimah. Muy poco. Su paso por el PGA Tour se le hizo bola y da la sensación de que está saliendo…
Ha sido un gran triunfo porque no se lo han puesto nada fácil, especialmente Matthew Fitzpatrick con una vuelta de 67 golpes. El inglés recuerda a Lorenzo Ball, base de la fabulosa selección española de baloncesto que ha deslumbrado en este Eurobasket. Es el hombre tranquilo. No hay nada que lo altere. MacIntyre rompió el torneo con un parcial de seis menos en los nueve primeros hoyos, mientras que el campeón del US Open iba haciendo pares, uno detrás de otro, hasta diez, hasta perder el liderato. Sin embargo, transmitía la seguridad de que antes o después llegaría su momento…
Y llegó. Enlazó un birdie y un eagle en los hoyos 11 y 12 y retomó el control de la situación. En su ecuación sólo hubo un error. Un error grave. Fue el golpe de salida en el hoyo 17, par 3. Le salió completamente a la derecha, en una posición muy delicada y ni siquiera él, escapista por naturaleza, fue capaz de salvar el par. Se dejó un putt de unos cuatro metros para par y se le escapó.
La diferencia era abismal. Suponía salir al 18 empatado con MacIntyre o un golpe por detrás. Aún así, Fitzpatrick se las arregló para hacer dos putts en el último hoyo desde 35 metros para birdie y forzar el playoff. Era el claro favorito en la muerte súbita, pero MacIntyre le ganó con todas las de la ley.
Birdie on the first play-off hole 🏆@robert1lefty is a winner on Tour once again!#DS79OpendItalia pic.twitter.com/Zpn9CJ5DBR
— DP World Tour (@DPWorldTour) September 18, 2022
El escocés pegó primero desde el tee y le salió una bomba al centro de la calle. Esto aprieta a cualquiera, incluso a Fitzpatrick, que falló su salida a la izquierda y ya fue a remolque. Robert la puso a borde del green de dos y sacó un birdie fácil, mientras que el inglés fue con todo pegando un híbrido desde la hierba alta, la llevó a la derecha de green, de nuevo al rough y desde ahí se dejó una opción de birdie de unos cinco metros que no metió.
McIlroy y Perez también tuvieron sus opciones de meterse en el desempate e, incluso, ganar. A Rory le salió una de esas vueltas de Rory. De parque de atracciones. Capaz de lo mejor y lo peor. No llegó a estar cómodo jamás con el swing, terminando muchos golpes a una mano, tampoco le acompañó el putt, pero logró tres birdies entre los hoyos 12 y 15 y se metió en la pomada. Cuando parecía que se podía comer el torneo con patatas, salió Mr Hyde. Salida en el 16, par 4 que se puede cazar de uno y que definitivamente va a dar mucho juego en la Ryder Cup. Rory fue a por todas y acabó… en el agua. The end.
Perez, a la chita callando, sin hacer excesivo ruido, se dio una oportunidad en el hoyo 18. Una oportunidad muy clara. Tuvo putt de dos metros para meterse en el desempate, pero lo falló. Sea como fuere, su nueva sociedad con Fanny Sunesson, su caddie esta semana, ha dado muy buenos frutos.
