Louis Oosthuizen (-17) gana de forma incontestable el Maybank Malaysian Open…
El sudafricano logra la quinta victoria de su carrera en el Circuito Europeo con una cómoda ventaja de tres golpes sobre Stephen Gallacher y se confirma como uno de los grandes jugadores del momento. Ni siquiera el triunfo permite borrar su derrota en el desempate del Masters de Augusta hace apenas siete días con Bubba Watson. Sin embargo, sí demuestra muchas cosas.
Oosthuizen es un extraordinario jugador. No es una moda, ni un golfista que aprovechó su momento para ganar el British Open. No, señores, para nada. Su victoria en St. Andrews y su ‘casi victoria’ en el Masters no son fruto de una casualidad. A sus 29 años, Louis pega un golpe encima de la mesa y grita a los cuatro vientos que hay que contar con él en cada cita que se ponga por delante.
En apenas una semana y en Kuala Lumpur, a 16.000 kilómetros de Augusta, Oosthuizen reivindica que no perdió el Masters, que se lo ganaron y, lo que aún es más importante, que él lo sabe y lo ha superado con absoluta normalidad. Claro que el sudafricano al que llaman ‘Shrek’ hubiera preferido ganar la Chaqueta Verde. Es una obviedad. No obstante, da la sensación de que demuestra más cosas con este triunfo en Malasia. Mucho más si tenemos en cuenta que ya tiene un Grande en su hoja de servicios.
Oosthuizen ha ganado de manera imperial. Sólo ha hecho cinco bogeys en 72 hoyos, ha cogido 59 greenes y no ha cedido el liderato desde que lo agarró en la segunda jornada. Es la manera de hacer las cosas de este muchacho. Por derribo. Sólo un inspiradísimo Bubba Watson, con cuatro birdies consecutivos en el tramo final del Masters, ha podido frenarlo.
Es el triunfo también de un jugador en plena forma. Ha cosechado la friolera de nueve top ten en los últimos once torneos. Sólo dejó vivo el WGC Accenture y el Cadillac. Sus cinco triunfos, además, han llegado en los dos últimos años. Nadie en el Circuito Europeo ha ganado tanto como él en este tiempo. Le costó anotarse el primer triunfo, pero ahora se ha acostumbrado a ganar y a ver quién lo baja del burro. Hoy domingo no le ha temblado el pulso. En ningún momento ha peligrado su triunfo. Dominio absoluto. Control de los pares 5 y victoria sin paliativos.
De los pocos que ha podido darle réplica esta semana ha sido Rafa Cabrera Bello (-12). El canario ha terminado en una excelente tercera posición. Otra vez arriba. Otra vez con opciones. Otra vez aguantando sin desmoronarse hasta el último hoyo. Espléndida noticia para el golf español. Hoy ha jugado bajo par después de un inicio demoledor. Al ataque. Ha ido a por el triunfo desde el primer minuto. Conseguía ponerse a un golpe de la cabeza a falta sólo de diez hoyos, con cinco birdies y dos bogeys. Ha salido a jugársela. Un bogey en el hoyo nueve frenaba su progresión. El jugador de Las Palmas ha vuelto a poner de manifiesto que tiene en su cabeza todo tipo de estrategias. Ataca cuando hay que atacar y sabe guardar la ropa cuando no queda más remedio.
En cuanto al resto de la Armada, Pablo Larrazábal ha firmado otra solidísima actuación. Ha terminado en el puesto 24º con un acumulado de -5 y una ronda final de 74 golpes. Lástima que haya estado tan lastrado toda la semana por los pares 5. Álvaro Quirós (-4) ha vuelto a jugar bajo par hoy (71 golpes) y refleja en su tarjeta cómo está su juego: capaz de alternar grandísimos golpes con dolorosos fallos. Ha vuelto a hacer hoy dos eagles. Despide el torneo con cinco, que se dice pronto. También ha hecho hoy tres bogeys y un doble bogey.
Nacho Garrido (+23) ha tenido una jornada extrañísimo. Habrá que comprobar si no ha tenido algún problema físico, ya que ha hecho 89 golpes, con 50 por los segundos nueve. Empezaba con eagle en el hoyo 3 y desde el 6 ha vivido una pesadilla de bogeys, dobles bogeys e, incluso, cuádruples bogeys.
