Un chute. La victoria en Escocia ha sido un chute para Rory McIlroy. Un chute de confianza. Un chute de seguridad. Un chute de convicción. Un chute de esto de ganar se me da bien y no se me había olvidado. Rory se convierte, aunque parezca increíble el dato, en el primer jugador de la historia que gana el Open Championship, el Open de Irlanda y el Open de Escocia. Ahí tienen el dato de la semana. «No lo sabía, pero me hace mucha ilusión y me siento muy orgulloso, mucho más siendo británico. En realidad me gusta mucho ganar los Abiertos nacionales, suelen ser los torneos más antiguos y me encantan. También he ganado el US Open, el Canadian Open o el Australian Open. Siempre tienen algo extra especial», ha dicho McIlroy en su atención a los medios después de ganar en el Renaissance Golf Club.
Rory necesitaba una victoria así, con un final apretado, haciendo birdie en los dos últimos hoyos para ganar por uno. No es que hubiera dejado de creer en sí mismo, pero la confianza es un cristal tremendamente fino que se resquebraja con un soplido. Los domingos del Open Championship en 2022 y del US Open en 2023 habían producido una pequeña grieta. «No creo que tenga que demostrarme nada a estas alturas de mi carrera, pero en cierto modo este triunfo es una validación de todo lo que estoy haciendo. Es una satisfacción recordar que puedo ganar así torneos. Es una inyección de confianza y un refuerzo antes del Open». Un chute.
La victoria de McIlroy en Escocia ha empezado a fraguarse con un pensamiento positivo. Ay, que importante es pensar bien en el deporte de alta competición. Después de no hacer el birdie en el hoyo 16, último par 5, estando a un golpe de Robert MacIntyre, éste con su vuelta ya acabada, y con dos hoyos por delante que han sido el primero y el quinto hoyo más difícil del día, no es fácil pensar en positivo. Rory lo ha conseguido. Prácticamente de casualidad. «No sé por qué razón, en el tee del 17 se me ha venido a la cabeza el domingo del Open de Australia de 2013. Creo que nunca antes había pensado en ese día hasta hoy. De pronto, he recordado que allí estaba a un golpe de Adam Scott a falta de dos hoyos. Íbamos jugando juntos y los dos hicimos par en el 17. Sin embargo, en el 18 yo hice birdie y él hizo bogey y gané de uno. Pensar en eso me ha hecho ver que era posible ganar hoy. Honestamente, mi plan era hacer un birdie en alguno de los dos hoyos y al menos salir al desempate… pero al final salieron los dos birdies», explica.
Sin duda, esa manera de pensar en positivo ha permitido que McIlroy haya conectado dos de los mejores hierros de su carrera en esos hoyos 17 y 18. «En el primero ha sido un hierro 5 y en el 18 he pegado un hierro 2, sin duda el mejor hierro de toda mi carrera. Y después ha sido muy importante meter los putts, algo que no me pasó en el Open el año pasado ni en el US Open el mes pasado. El putt del hoyo 12, que estaba fuera y me lo metió el viento con mucha suerte, el del 14, que fue un bonus y los del 17 y 18 han sido muy importantes», explica.
McIlroy está especialmente orgulloso de haber ganado un torneo un domingo con mucho viento. «No me consideraba un gran jugador con viento y creo que últimamente he mejorado mucho. Ser capaz de ganar en las condiciones que hemos tenido hoy y pegar esos dos hierros en ese momento y con ese viento es un subidón. Por eso digo que MacIntyre, aunque no haya ganado, puede estar muy contento. Hacer 64 golpes hoy, con este día, significa que es capaz de hacer cualquier cosa que se proponga».
Por último, Rory está especialmente contento de ganar un torneo valedero para el PGA Tour y el DP World Tour. Uno de los objetivos es ganar la Race to Dubai y la FedEX Cup y este triunfo ayuda. Refuerza su primera posición en la Race y se coloca tercera en la FedEx, un poco más cerca de Jon y de Scheffler.
