Nacho Elvira (-13) acabó segundo el Made in Himmerland tras caer en el sexto hoyo de desempate ante Rasmus Hojgaard y Dinamarca entera, reunida entera en el hoyo 18 para festejar el primer triunfo de uno de los suyos en esta cita. Ése es el dato objetivo y el resumen frío de lo acontecido este domingo en Farsø. Pero no puede quedarse el español sólo con esta derrota, pues por muchos motivos podemos considerar dulce a pesar del crudelísimo final.
Vayamos por partes. Nacho Elvira ha arreglado media tarjeta después de un convulso año en el que no salía nada a derechas y asciende 131 puestos en la Race to Dubai para instalarse en el puesto 48º. Además, el cántabro jugará dentro de semana y media el primer Grande de su vida a los 36 años y, repetimos, en una temporada en la que lo menos podía pensar era competir en un Major (llevaba dos cortes salvados en los últimos 10 eventos). Lo hará en The Open, en Royal Liverpool, junto a otros siete españoles más (Jon Rahm, Adri Arnaus, Adrián Otaegui, Alejandro Cañizares, Pablo Larrazábal, Jorge Campillo y Josele Ballester) al lograr una de las tres plazas en juego en este torneo (las otras dos fueron para Samooja y Warren); la Armada aún dispondrá de la oportunidad de igualar su récord de nueve españoles en un mismo Grande la próxima semana en Escocia, donde se reparten otras tres clasificaciones.
The moment Rasmus Højgaard claimed his 4️⃣th DP World Tour Title at just 22 years old…🏆#MIH23 pic.twitter.com/M7lS4cC4s3
— DP World Tour (@DPWorldTour) July 9, 2023
No es moco de pavo lo conseguido por Nacho aunque escueza o duela cómo perdió en Dinamarca. El 18 lo condenó los dos últimos días al norteño, que buscaba su segundo triunfo en el DP World Tour tras su victoria hace dos años en el Cazoo. Ese maldito hoyo lo recordará toda la vida porque ahí cometió un doble bogey el sábado al mandar la bola al agua que menguó su ventaja en el liderato respecto al resto. Ahí le valía el par hoy en la bandera 72 del evento y se le puso todo de cara cuando celebró sacando el puño que la había dejado en calle desde el tee, pero el infortunio, que lo tuvo, le jugó una mala pasada: estaba a 165 metros de la cazoleta, la adrenalina hizo que se pasara pero en vez de reposar la pelota en el bunker, permitiendo una rutinaria sacada, se le enredó en las barbas, pegó un filazo y cometió un bogey que lo llevó al playoff con Hojgaard, que salía de una lesión, había remontado con un gran 64 y se le está poniendo cara de Ryder Cup. Y porque ahí, aun habiendo sufrido algo más que el danés en los cuatro hoyos de desempate (siempre se juega en el 18 hasta que haya un ganador), dispuso de una ocasión perfecta en el quinto porque Rasmus envió la bola a las hierbas altas de la izquierda en la salida, hizo una recuperación soberbia y luego salvó un putt comprometidísimo de vuelta a unos dos metros, mientras el hierrazo de Elvira se le fue por poco y acabó en bunker. Ambos firmaron el par. El sexto fue el último. Esta vez el español se marchó a los matojos y el danés al centro de calle. Elvira disparó un misil, se fue fuera de límites y dejó vista para sentencia la victoria de Hojgaard, a quien su hermano Nicolai regó con champán.
Hablábamos ayer de ver el vaso medio lleno o medio vacío y que Nacho se agarraba a la primera alternativa. Igual que ha hecho hoy porque su garra y competitividad quedaron fuera de toda duda porque quedará en el recuerdo y en los libros de historia que él perdió de nuevo un desempate (con Wang en Marruecos en 2016 y con Scott Hend en el Maybank Championship en 2019), aunque también derrotó en Gales a Justin Harding en un playoff, pero no vendrá el descalabro de Robert MacIntyre o de Richie Ramsay, los dos escoceses que por hache o por be pegaron un batacazo de fábula.
Pues antes ocurrió de todo. Y no es una exageración. MacIntyre (-11), principal favorito y con aspiraciones aún de ir a la Ryder, se tiró a la piscina sin agua en el hoyo 13 después de haberse puesto al mando en el primer tercio de la ronda final. Tenía todo bajo control hasta que mandó su bola en la salida del 13 a las hierbas altas de la derecha, intentó sacarla y la lió más hasta terminar con un triple bogey que le desbarató la vuelta y la cabeza. Bajó a -12 el escocés y Elvira terminó con un fallo ahí con -13, pero en ese momento acababa su vuelta Hojgaard y se colocaba líder en casa club precisamente con ese resultado. Encima, Richie Ramsay venía como una moto y en el 16 coronó la cima con -14 y una gran oportunidad de birdie en el 17. La desaprovechó y formó un cristo con el segundo golpe del 18, mandando la pelota al agua, cometiendo doble bogey y tirando por la borda el trabajo anterior al concluir con -12. Los escoceses, por tanto, echaron por tierra todo su trabajo anterior. Ahí fue cuando Elvira tenía que haber finiquitado el torneo, pero por la adrenalina se pasó de bandera y la bola se le quedó fatal y cometió el bogey. Aun así, sonrió y se le vio tranquilo tras el mal trago. Ésa es la lección que nos llevamos todos, que aún estando a un tris de ganar, hay que ver el lado bueno de las cosas y Nacho Elvira está de vuelta. Que no es poco. Y estará en The Open en su primer Major. Que no es poco. Y estará en el DP World Tour el próximo año. Que no es poco.
A todo esto, Borja Virto (-8) iba camino de la proeza de colarse en The Open y lo buscó. Marchaba -10 antes del 18 (¡¡¡otra vez el 18!!!), se fue al agua y acabó con doble bogey. Un birdie tampoco lo habría llevado a Royal Liverpool porque hubiera empatado con Samooja y Warren, ambos con mejor ranking que el navarro, pero no pudo ser. Matthew Southgate (-9) batió el récord del campo con un 61 que pudo ser mejor porque después de 10 birdies en 17 hoyos, hizo bogey en el 18 (el 18 de marras). Adrián Otaegui (-1) terminó bajo par y Álex del Rey (+2) no lo logró.