– Charl Schwartzel (-15) llevaba dos años sin ganar un torneo en alguno de los circuitos importantes y ha roto la racha precisamente donde la dejó: en el Leopard Creek Country Club. O lo que es lo mismo, en el Alfred Dunhill Championship, que acaba de adjudicarse por cuarta vez tras entregar una tarjeta de 70 golpes en la última ronda. Este campo es algo más que el jardín de su casa; es su medicina, su terapia. El Edén.
También podría ser algo así como su producto financiero estrella, pues no hace más que reportarle suculentos dividendos. No en vano, el sudafricano ha ganado en Leopard Creek casi un diez por ciento de sus ganancias totales en el circuito europeo (no olvidemos que aquí fue segundo en cuatro ocasiones), una auténtica burrada en un jugador de su talento, auténtica caja registradora y, además, ganador de un Grande (Masters 2011).
Precisamente aquel año 2011, el mejor de su carrera (ganó el Masters y destacó en todos los demás majors), lo cerró ausentándose de la cita de sus amores (no acudió a jugar este torneo en diciembre de 2011, correspondiente a la temporada 2012), pensando seguramente en objetivos mayores, en un calendario más ambicioso…
Sin embargo, como buen enamorado, Leopard Creek no le tuvo en cuenta tamaña displicencia: regresó Charl y todo fue como antes, o incluso mejor, hasta el punto de haber acumulado tres victorias desde entonces.
– A Schwartzel le ha sonreído el azar, en todo caso. Hoy, igual que el sábado, volvió a encontrarse ciertamente incómodo en el campo. Sobre todo por los primeros nueve hoyos. Pero sus más directos rivales no apretaron en ese momento de duda del líder y luego el sudafricano supo encontrar la senda del birdie para apuntalar el triunfo sin sufrimiento.
– Al margen de su magna victoria en el Masters, lo curioso del caso es que Schwartzel no atesora ni un solo triunfo más en la meca del golf, Estados Unidos, y sólo ha ganado en suelo sudafricano y español. Sin duda esa sigue siendo su asignatura pendiente, la conquista del Oeste. Mientras tanto, por si acaso, siempre le quedara este vergel pegadito al parque Kruger para lamerse las heridas.
– Buen final de Pablo Martín (-6), con una vuelta de 69 golpes, la tercera de la semana con idéntico registro. Al malagueño sólo le ha quedado romper a lo grande en una de estas tres rondas, y en todas ellas tuvo opciones de hacerlo, aunque en todas ellas también finalizó un poco más tenso de lo deseable y con bogeys para afear su resultado parcial y final. Pero no cabe la menor duda de que se mantiene dentro de la buena senda dibujada en todo el 2015 y a pesar de la enorme decepción que supuso para él la reciente Final de la Escuela, donde no pudo pasar el corte. Su actual actitud en el campo es un auténtico tesoro para un profesional. Si la mantiene, hoy más que nunca cabe señalar que el regreso de Pablo a lo más alto es sólo cuestión de tiempo. De pequeños detalles por pulir y, por qué no, cuestión también de que le sonría tímidamente la buena suerte.
– Notable ronda final asimismo de Jorge Campillo (PAR, hoy 69 golpes), aunque terminaba con un doble bogey en el 18, de esos que escuecen de verdad después de venir remando mucho y muy bien durante toda la jornada.
