Hace poco menos de un mes Pablo Larrazábal y su entorno más cercano, su equipo, en el que hay que incluir en primer lugar a su hermano Alex y también a su caddie, Raúl Quirós, decidieron que había que pararse, reflexionar y buscar el modo de darle una vuelta de tuerca a su carrera. La moraleja final que extrajeron es simple en su enunciado: hoy en día, tal y como se está poniendo el golf profesional, o sigues mejorando, progresando, o te pasan rápido por la izquierda (y por la derecha).
La tarde caía, tonta y lenta, hasta que un tipo sacó el hierro 2 de la bolsa
Entre otras medidas, buscaron apoyo técnico en el grupo de trabajo que conforman Robert Rock y su ayudante, Ben Barham, y se pusieron manos a la obra. Horas y horas extras en el campo de prácticas…
Las mejoras, los cambios, andan todavía cogidos con alfileres, como suele decirse, pero rondas de golf de alta competición como la que hoy ha cerrado el barcelonés en la segunda jornada del Portugal Masters, suponen desde luego un impulso y un estimable refuerzo a la iniciativa: registro de 66 golpes, que bien pudieron ser 64 sin pedirle peras al olmo, y 16 greenes cazados en regulación, una estadística habitualmente fuera de su alcance.
Hay que ver lo bien que sienta salir a jugar pensando sólo en golf…
“Queda mucho trabajo por hacer y es posible que hasta dentro de dos o tres meses no esté acabado, pero estoy comenzando a hacer cosas en el campo que antes, sencillamente, no era capaz de hacer. Por ejemplo, esos drives más altos y largos, como el que he pegado hoy en el hoyo 7”, explica el jugador. En efecto, hace un año, mismamente, hubiera sido muy complicado ver a este jugador volar sin problemas el largo y amenazante obstáculo de agua que hay en este hoyo (una de las salidas más complicadas del año), ni siquiera con la ayuda del viento, porque hoy, en efecto, ayudaba un poco.
Del ‘tierra trágame’ a un yemazo prodigioso de 261 metros
Larrazábal finalizaba por el hoyo 9 con un bogey muy ingrato, sobre todo viniendo de donde venía, porque en los siete hoyos anteriores había pateado para birdie, con algunas opciones especialmente claras, como las de los hoyos 5 y 8. Antes, por sus primeros nueve, además de haber sumado hasta cinco birdies también se había dejado otras magníficas opciones en los hoyos 14 y 18, por ejemplo. Realmente, el jugador español estaba dándole una paliza al Dom Pedro Victoria Golf Course, porque incluso era capaz de fabricarse buenas oportunidades desde la arena (hoyos 14 y 18) y, por si acaso, también embocaba algún purito más que interesante, como el del hoyo 16, desde unos 7 metros.
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La primera intención de todo su equipo y del jugador era la de invertir estas últimas semanas del año 2019 en trabajar muy duro en busca de la consistencia y el poderío, sin que los resultados importaran demasiado ni afectaran al plan. Eso sí, esta semana ya se ha metido en la pelea por metas muy altas, pues está situado a cuatro golpes del líder provisional, Brandon Stone (-10), una vez finalizado el turno matutino de juego de esta segunda ronda, así que tampoco es cuestión de renunciar a nada…
