Pablo Larrazábal (-8) se ha fabricado una magnífica opción de victoria en la tercera ronda del Korea Championship presented by Genesis, torneo que cierra la mini gira por Asia del DP World Tour. Ha sido una jornada dura, muy dura, en el recorrido Jack Nicklaus Golf Club de Incheon. Arrancaba con retraso por mal tiempo y se ha disputado con frío y unas rachas de viento que superaban los 40 kilómetros por hora. Una pura y dura jornada de supervivencia. Los días que le gustan a Pablo.
Larrazábal no ha podido completar su ronda por falta de luz. Se ha quedado en el tee del 17, sin pegar el golpe de salida en este par 3. Ha terminado 16 hoyos con un parcial extraordinario de dos bajo par, jugando al golf como los ángeles, pegando muchísimos tiros muy buenos y sacando a relucir cuando tocaba su virtuoso juego corto. Divertidísimo.
Todo lo que ha hecho le ha permitido marcharse a dormir como líder del torneo empatado con Robert MacIntyre (-8). El escocés, que ha hecho 69 golpes, sí ha podido completar su ronda. Veremos de qué manera afecta esta situación mañana en la ronda definitiva. Pablo tendrá que volver al campo de golf a las ocho de la mañana para acabar los dos hoyos que le restan y después tendrá que esperar más de dos horas para salir a jugar la cuarta y definitiva ronda.
Mientras, MacIntyre llegará directamente para salir a jugar su última jornada, a priori, más descansado. Sea como fuere, el recuerdo más reciente de algo así fue en el Masters de Augusta y ya sabemos lo que ocurrió. Jon Rahm jugó una maratoniana jornada de golf el domingo, con un parón de dos horas entre la tercera y cuarta ronda, y terminó colgando en su armario la chaqueta verde.
Más allá del resultado, Pablo ha dado una exhibición. En unas condiciones realmente dantescas, donde todos, o casi todos, se dejaban la vida para ir salvando pares, si es que podían, el barcelonés se iba dejando una opción de birdie tras otra. Un gran tiro tras otro. Él y Raúl Quirós, su caddie, han hecho un trabajo sensacional con el viento, lo han entendido de cabo a rabo. Han sacado tres birdies en los siete primeros hoyos y pudieron ser algunos más. Firmaban pares casi sin sufrir.
El bogey del día ha llegado en el hoyo 12, en el único approach que no ha sido brillante. La botó un poco corta y se dejó un compromiso de par de unos tres metros y medio que no entró. En cualquier caso, es prácticamente el único borrón del día. Su recuperación en el hoyo 10 fue una delicia, desde el falso frente, recibiendo cuesta arriba, y su chip en el 15, a punto de entrar para birdie, un lujo.
El día de golf ha sido para gente recia. Únicamente 23 jugadores han conseguido ganar al campo y apenas tres han podido entregar tarjetas por debajo de 70 golpes. Richard Mansell (-6) y Marcus Helligkilde (-6) han hecho los mejores resultados, 68 golpes, cómo no iba a estar ahí un danés en cuanto salta el viento, y MacIntyre es el otro que ha bajado de 70. Las condiciones para mañana no se esperan tan duras. Seguro que Pablo habría elegido otro día igual.
Sea como fuere, la clasificación está muy apretada y aún pueden pasar muchas cosas. Hay trece jugadores separados únicamente por tres golpes. Mandan Larrazábal y MacIntyre, a uno están Scott Jamieson y Sang Huyn Park y a dos se encuentran Meronk, Mansell y Helligkilde. Aún deben acabar sus vueltas, además de Pablo, Park, Lorenzo Vera, Paul, Rozner y Sciot-Siegrist. Día muy duro para Rozner, Paul y Lorenzo Vera, que marchaban con +4 en el parcial. Lo mejor del madrugón de Pablo es que no tendrá que jugar los dos últimos hoyos con tanto viento.
Por último, Jorge Campillo (-2) no ha estado nada lejos de meterse con todas las de la ley en la batalla por el triunfo. Estaba jugando de libro, marchaba con un total cinco menos en el tee del 14 (dos bajo en el día sin bogeys) y se le ha escapado un putt de metro y medio de birdie en ese par 4 corto. Se habría puesto con -6, a dos de la cabeza. Después, ha perdido la bola de salida en el 15, se ha volado el green y le ha costado un doloroso doble bogey, rematado con otro más en el 16 con un tripateo. Ha sido una pena, aunque aún tiene margen mañana para hacer algo importante. Quien ha sufrido de lo lindo ha sido Santi Tarrio (+4), que ha hecho 78 golpes.
