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Pasen y vean a 41 tipos jugándose un torneo en la ronda final

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El Trofeo Hassan II va camino de convertirse en un magnífico relato de suspense. Ya lo es, tan solo a falta del desenlace. El Golf du Palais Royal (Agadir, Marruecos) nos tiene a todos con la mosca detrás de la oreja porque, consumidas tres jornadas, ningún jugador ha conseguido meter la quinta marcha y partir como claro favorito en la ronda final. Bendita mosca detrás de la oreja.

Tenemos a 41 jugadores en cinco golpes, una diferencia que en este campo se puede enjugar en apenas un tercio del recorrido. Y en menos. Asimismo, no se puede olvidar un dato sorprendente, si tenemos en cuenta que la semana no ha sido especialmente ventosa: el liderato sigue en el mismo sitio, siete bajo par, donde lo dejó Adrien Saddier el jueves. Por ahí arriba han ido desfilando unos y otros, sin que ninguno se asentara debidamente. Mañana partirán en cabeza Andrew McArthur, Richie Ramsay y Romain Wattel, pero es que a un golpe de estos hombres parte un nutrido grupo de siete jugadores (Grillo, Kjeldsen, Horsey, Van Zyl, Phelan, Coetzee y Bland). Tela marinera.

Los tres candidatos de la Armada española que partían en buena posición, con Rafa Cabrera en el partido estelar, no han tenido su día. Pero en su haber hay que apuntar que no han tirado el torneo. Cabrera Bello (-4) embocaba un putt largo en el 18 para salvar un par casi milagroso, pues pegaba su tercer tiro todavía desde fuera de calle, a la vera de los árboles. Una sobresaliente acción final que paradójicamente bien podría ser el arranque de algo brillante.

No se puede decir que el canario haya jugado mal; antes bien, daba casi siempre la sensación de estar controlando la situación, muy seguro desde el tee. Pero los pares 5 de la segunda mitad del recorrido se la han jugado cruelmente, cada uno a su manera, cuando estaba pegando el segundo tiro desde el centro de la calle en todas las ocasiones y con opción notoria de cazar el green. En el 10 se iba al agua, en el 15 tiraba tres putts cuando estaba pateando para eagle, y en el 17 se marchaba con bogey tras pegar un pequeño filazo alrededor del green…

Pablo Larrazábal (-4) ha mantenido la templanza en una jornada en la que su juego largo se ha mostrado demasiado irregular, circunstancia que te puede llevar por la calle de la amargura en Agadir. Digamos que ha salvado el día malo razonablemente bien. Y Jorge Campillo (-3) levantaba un mal comienzo de vuelta para volverse a meter en la pelea.

Cualquiera sabe qué podría pasar mañana si a alguien, quien sea, se le ocurre repetir la vuelta de domingo que protagonizó Andy Sullivan hace doce meses. El inglés tiró 63 golpes y acabó segundo. Y no ganó porque aquella semana anduvieron todos a años luz de Alejandro Cañizares, que salía en la última ronda con una diferencia de seis golpes sobre el segundo clasificado (doce sobre Sullivan). En esta tesitura virtual (aunque ya experimentada  y, por tanto, posible) el abanico de candidatos se abriría hasta extremos mareantes. Algunos ejemplos cercanos y jugosos al respecto: Eduardo de la Riva (-2) partirá en la vuelta definitiva a cinco golpes del líder; José María Olazábal (-1, hoy de 70 golpes) y Pedro Oriol (-1, hoy 69) a seis. Si alguno de ellos enganchase el ‘efecto Sullivan’… Nacho Elvira (+2) parece demasiado lejos del epicentro, pero el objetivo suyo no es menos interesante, pues la opción de ganar muchos puestos va a estar ahí.

Mucho ojo, así pues, porque en esos registros, aparentemente lejanos a la cabeza, andan algunos nombres de entidad, que saldrán dos horas largas por delante de los últimos partidos. ¿Tan difícil es imaginar a Tommy Fleetwood (-2), Scott Jamieson (-2), Eddie Pepperell (-2) o Robert Karlsson (-2) firmando una vuelta muy baja?

Resultados en vivo del Trofeo Hassan II