El turno de mañana de la primera jornada del ISPS Handa, retrasado dos horas y cuarto por culpa del aguacero que cayó durante la noche, nos ha dejado al escocés David Law (-5) como líder provisional, aunque no sería nada extraño que tal guarismo sea igualado o superado en el turno vespertino, puesto que las condiciones son netamente mejores, sin agua que siga alimentando y empapando el denso rough y con una temperatura mucho más templada y agradable.
Sea como sea, no hay que hacer de menos al resultado del escocés, que se encontraba moderadamente sorprendido de su exitosa ronda de golf, pues no tenía muy claro cómo iba a responder después del parón obligado de tres o cuatro semanas y, en su caso, de haber sufrido en este tiempo la casi impepinable lacra del COVID.
De igual modo, Adrián Otaegui (-4) y Pablo Larrazábal (-3) también aparecen ahí arriba, bastante bien colocados. Por muy bien que vayan las cosas por la tarde, ambos terminarán el día dentro del top ten. El vasco no encontraba el pulso a su juego durante el primer tercio de la vuelta, tramo en el que fallaba algunas calles y se veía obligado a sacarla a calle con un wedge desde ese rough empapado que no paraba de recibir litros y litros de agua. Después, sin embargo, una vez que el cielo dejó al fin de llorar, el drive fue enderezándose y, desde el fairway, sus hierros comenzaron a echar fuego, casi literalmente: en los doce hoyos siguientes, Otaegui iba a firmar una bella secuencia de seis birdies en ordenadísima alternancia, gracias sobre todo a la precisión y templanza de sus segundos tiros. Hoyo al par, hoyo al birdie, hoyo al par, hoyo al birdie… Y de este modo, hasta el final.
Larrazábal, por su parte, había comenzado con dos birdies consecutivos cuando las condiciones eran menos generosas. Así es este hombre, no lo vamos a descubrir ahora. Y finalizaba la ronda con otros dos birdies consecutivos. Entre medias, quizá, menos premio del que por momentos había merecido su juego.
Ambos, Adrián y Pablo, de un modo más o menos consciente, van a luchar durante las próximas semanas por hacerse con un hueco en los tres ‘majors’ que restan por jugarse. El barcelonés tiene un pie metido en el PGA (ahora mismo es Número 108 del mundo), pero no estaría mal que lo confirmara, a ser posible esta semana. Él, de puertas hacia afuera, prefiere no establecer dicho objetivo como algo prioritario. Y seguramente hace muy bien, por aquello de no olvidarse del famoso ‘golpe a golpe’.
El vasco también podría meterse en el PGA, pero necesitaría seguramente un triunfo esta semana en tierras tarraconenses, o la siguiente en territorio gerundense. Esas cuentas él no las ha hecho todavía. Sí tiene más en la cabeza la clasificación para el US Open y el British. Respecto al primero, habrá en juego diez plazas que se saldarán en los cuatro torneos siguientes a esta gira española de dos semanas; y en lo que se refiere al segundo, habrá por ejemplo una ocasión de clasificarse en el Open de Holanda, que se disputa en unas semanas. Ya llegará el momento de cruzar esos puentes, pero vueltas como la de hoy seguro que le ayudan a ponerse a tono y, quién sabe, hasta puedan entreabrirle la puerta del PGA Championship. Ambos, Pablo y Adrián, tienen además una cuenta pendiente con los ‘majors’ en suelo estadounidense. De esta cuestión en concreto no hemos hablado con ellos al finalizar su ronda de hoy, pero sí de esa posibilidad real que se les presenta en las próximas semanas de hacerse un hueco en las grandes citas. Quizá sea demasiado prematuro, pero nunca es suficientemente pronto si la dicha es buena.