Durante muchos años el único Ryo que ha cruzado el golf en Japón ha sido el de Ishikawa. Seguro que lo recuerdan. Fue el gran niño prodigio nipón. Cientos de cámaras lo seguían allí donde pinchaba su bola. El Masters de Augusta le cursaba invitación por su golf, claro, pero sobre todo por su extraordinaria dimensión mediática. Era la gran esperanza de un país donde el golf es casi religión. La gran promesa. El chico llamado a levantar el primer Grande del país del punto rojo.
Pero aquel Ryo se secó. Ishikawa no fue ningún desastre, no crean, ha ganado mucho, pero jamás alcanzó los logros que todo el país soñaba. Tuvo que venir Hideki Matsuyama para reconciliar a Japón con su historia conquistando la Chaqueta Verde. Ahora, 16 años después de que Ishikawa ganara el primer torneo de ranking mundial que jugaba, ha emergido otro Ryo dispuesto a hacer grandes cosas. Es un chico de 20 años, su apellido es Hisatsune y se trata de un prometedor proyecto de golf.
Se lo contamos hoy porque se ha puesto líder en el Ras al Khaimah Championship después de la primera jornada y no parece una casualidad. Ha entregado una tarjeta de 64 golpes y tiene dos de ventaja sobre Matthew Baldwin, Edoardo Molinari y Rasmus Hojgaard. Hisatsune lleva tiempo haciendo las cosas muy bien y, pese a su juventud, mantiene un trayectoria por la que merece rodear su nombre con un círculo rojo.
En 2021, cuando apenas tenía 18 años, ganó tres torneos del Abema TV Tour, la segunda división del golf japonés. Es el jugador que más ganancias ha acumulado en una temporada en ese circuito. De largo. Ya en 2022, sólo 19 años y siendo novato, firmó una gran temporada en el Japan Tour. Acabó entre los 20 primeros del ranking sin ganar un torneo pero sumando un buen puñado de top 10.
Su velocidad de crecimiento da vértigo. Su primer torneo en el DP World Tour fue el ISPS Handa Championship in Spain en 2022 y falló el corte. En el siguiente, ya con la tarjeta en el bolsillo merced a una sólida final de la Escuela en la que terminó séptimo, acabó segundo. Fue en el Australian PGA Championship, hace un par de meses. Cuidado. Pero hay más. Sólo ha disputado un torneo del PGA Tour y ha terminado duodécimo. Poca broma. Lo hizo, obvio, en el ZOZO Championship. Fue el mejor japonés del torneo empatado con Keita Nakajima.
Por eso, su liderato no puede ser considerado una anécdota. Y mucho menos por cómo lo ha conseguido. Ha arrancado la vuelta de manera explosiva, con seis birdies consecutivos, del 1 al 6, uno más en el 8 y otro en el 10. Es decir, ocho menos en diez hoyos. Tracatrá. De esos ocho birdies, uno ha sido con un putt de algo menos de cinco metros, otro de cuatro, y el resto, hasta seis, de dos metros hacia abajo. Sólo ha fallado un green. Una exhibición. Además, es pegador. Hoy ha plantado un drive de más de 350 yardas en el hoyo 16 y fue uno de los más largos en el Japan Tour el año pasado. Es el proyecto Hisatsune. Tendremos que ir familiarizándonos con este nombre.
Pablo Larrazábal (-4) es el mejor español después de 18 hoyos. El golfista de Barcelona ya estuvo a punto de ganar en el Al Hamra Golf Club, la sede del torneo, el año pasado. Ojito con él. Hoy se ha hecho cinco birdies y un bogey y sólo ha cazado dos calles. Por supuesto, ninguna de esas dos calles se tradujeron en birdie. Así es Pablo. Pura magia desde donde se encuentre. Cuanto más difícil, más Larrazábal. Está a un paso del top 10.
Buen inicio también de Jorge Campillo (-3) y Adri Arnaus (-3). Cada uno a su manera. El extremeño ha jugado muy sólido, de los mejores del torneo de tee a green, cazando bastantes calles para lo difícil que es en este estrecho Al Hamra. Campillo ha cazado casi la mitad y la media del torneo anda en un treinta por ciento. Mientras, Arnaus ha cogido sólo una calle y aún así se las ha arreglado para hacer seis birdies. Curiosamente, la única calle que ha conseguido coger es la del 1… y no ha hecho birdie. Se ve que los fairways están sobre valorados en Ras al Khaimah.
El otro español que ha jugado bajo par y que de momento está dentro del corte provisional, situado en -1, es Rafa Cabrera Bello (-1). El resto tendrá que pelear para pasar el corte. Hay que resaltar, no obstante, la vuelta de Alejandro del Rey (+1). El madrileño, en su primer torneo del año, marchaba seis más después de ocho hoyos y ha terminado uno por encima del par. El drive que ha metido en el 18 lo ha encendido. A partir de ahí ha sido un avión. El objetivo ahora es mantenerse así el resto del torneo.
