Sebastián García Rodríguez (-12) saldrá este domingo en el Hero Open desde la quinta posición a dos golpes del líder Sam Horsfield (-14). La lectura de este día del movimiento en el Forest of Arden Marriott Hotel Country Club no puede ser positiva si tenemos en cuenta que había empezado el día en la primera plaza empatado con el inglés. Por contra, si a falta de seis hoyos le dicen que iba a terminar a dos impactos de Horsfield, lo habría firmado con sangre. Esta aparente contradicción se justifica en la vuelta absolutamente bipolar que ha rubricado el británico.
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Ha sido una locura de día para Horsfield. Él lo ha hecho todo. Se ha montado en la montaña rusa, ha subido, subido y subido, descolgando rivales como quien aparta moscas, a tirazo limpio y con putts muy certeros, y cuando parecía que su ataque no tenía fin, ha llegado a la cima de la montaña y ha comenzado a caer. Libre y sin frenos. Ha hecho 31 golpes en los primeros nueve hoyos y ha llegado a tener seis de ventaja sobre el segundo. Ha acabado con 40 golpes en los segundos nueve y finalmente saldrá el domingo con uno de ventaja sobre Rasmus Hojgaard, Oliver Farr y Mikko Korhonen. Ha pasado en poco más de una hora y media de tener medio torneo en el bolsillo a formar un atasco épico, con nada menos que doce jugadores a tres golpes.
La ‘mayoría de edad’ de Sebas es mucho más que una anécdota
Ha sido un Horsfield bipolar. Los primeros once hoyos han sido magníficos, jugando un golf muy bueno, aprovechando los pares 5 y metiendo excelentes putts cuando tocaba. Sin embargo, en los siete últimos ha aparecido su otra versión. Ha comenzado a fallar putts cortos, ha perdido la bola en el 12, ha cometido un bogey no forzado en el 16 y ha tirado una bola al agua en el 17. Todo lo que podía salir mal, le salía. La noche y el día. Esta bipolaridad de Horsfield es seguramente lo que le ha impedido tener ya más de una victoria en su talega y hace imposible predecir lo que puede ocurrir este domingo. Puede ganar con seis golpes de ventaja o acabar en el puesto 20º. Todo es verosímil.
Firma 61 golpes tras una llamada de ‘face time’ que le abrió los ojos
A Sebas le ocurre algo parecido a Horsfield. Es capaz de lo mejor y lo peor, aunque en las últimas semanas está ofreciendo una versión mucho más sólida y consistente. Hoy no ha sido así. No ha jugado bien, probablemente por la presión que tantas malas pasadas dispensa, pero ha sabido resistir el temporal cuando Horsfield volaba por Birmingham y ha terminado firmado una tarjeta de 73 golpes. Son jornadas de aprendizaje y esa es la lectura que debe sacar el español. Aprender para el futuro. Para mañana mismo, incluso. Seguir jugando a tu ritmo, a tu bola, sin mirar lo que está haciendo el que marcha a tu lado. Sea como fuere, ha sabido sufrir, se ha agarrado al terreno y ha esperado sus oportunidades. No ha llegado a brillar como acostumbra, pero sus opciones de victoria están intactas y además se ha alejado del foco del partido estelar, algo que seguramente le ayudará a jugar con más libertad, más a su estilo. Dos golpes no es nada y si la de hoy es la mala vuelta de la semana, todo puede ocurrir. En Austria consiguió pelear por el triunfo hasta el último suspiro y mañana puede ocurrir lo mismo. El putt de par de unos dos metros que embocaba en el 18 después de una mala lectura del primero debe servir de impulso para la vuelta final. Sebas está empatado en la quinta posición con Chris Paisley.
Jiménez roza el hoyo en uno y reacciona de una manera genial
El madrileño será la única baza de victoria del golf español en el Hero Open, aunque Gonzalo Fernández Castaño (-7), Miguel Ángel Jiménez (-7) y Pablo Larrazábal (-7) aún pueden rubricar un gran final de torneo. El top ten lo tienen a cuatro golpes, un objetivo más que interesante para la jornada final. De todos ellos, hay que destacar la segunda vuelta consecutiva de 68 golpes de Gonzalo. El madrileño, con seis birdies hoy, progresa adecuadamente. La cruz del día fue para Carlos Pigem (-2), que sufrió de lo lindo con una tarjeta de 76 golpes, muy castigado en los pares 5.
