Cómo se ha ido complicando y enredando la primera jornada del Estrella Damm Andalucía Masters, con rachas de viento que en el tramo final superaban tranquilamente los cincuenta kilómetros por hora. El viento no dejaba de azotar e iba minando la resistencia de los jugadores. Como cabía esperar, los líderes del turno matutino de juego lo han seguido siendo con la jornada prácticamente acabada (en el momento de la suspensión por falta de luz, sólo quedaban diez jugadores en el campo). Mandan por tanto los Morrison (-8), Bachem (-7), Otaegui (-6), Gavins (-5) y Besseling (-5), que han exprimido al máximo las horas de bonanza meteorológica que han disfrutado.
Lo raro, dicho con toda honestidad y admiración, es que de los 54 jugadores que tenemos en la clasificación por debajo del par, hasta 16 sean del turno vespertino, porque la zurra de viento que se ha llevado esta parte del cuadro ha sido verdaderamente de aúpa, de principio a fin. Citemos a todos ellos: Jeong Weon Ko (-4), Louis De Jager (-4), Jason Scrivener (-3), Joost Luiten (-2), Marcel Siem (-2), Ton McKibbin (-2), Daniel Hillier (-2), Matti Schmid (-2), Ross Fisher (-2), J. C. Ritchie (-1), Aaron Cockerill (-1), Matt Kuchar (-1), Jorge Campillo (-1), Rafa Cabrera Bello (-1), Sean Crocker (-1) y Grant Forrest (-1). Para ser más exactos, hay que puntualizar que al francés Ko y al sudafricano Ritchie todavía les quedan tres hoyos para terminar sus respectivas rondas.
Merece una mención especial, obviamente, el sudafricano De Jager, con ese 68 firmado y requetefirmado. Busca su primera victoria en el DP World Tour y esta puesta en escena obliga a considerar si no podría ocurrir esta semana.
“Yo lo que hago cuando sopla tanto el viento es coger más palo y pegar más suave”, explica Nacho Elvira (PAR), que también ha jugado en el turno más difícil y firmaba unas muy meritorias tablas con el recorrido del Real Club de Golf Sotogrande. Pues eso: más palo, más suave y seguramente también menos altura de bola… Lo que ocurre es que no es nada sencillo hacerlo hoyo tras hoyo, del 1 al 18, sabiendo además que el factor del azar (esa racha díscola que se levanta o frena en el momento más inoportuno) entra constantemente en la ecuación. Por momentos, se trata de realizar un acto de fe detrás de otro, a la hora de diseñar la estrategia en cada tiro. En el green del 18, con la tarea casi terminada, Elvira se enfrentaba todavía a un putt de birdie de unos 18 metros, que además tenía que tirarlo con el viento en contra… “Cogemos el hierro 7, ¿no?”, le decía con sorna el cántabro a su caddie, Pello Iguarán.
El trabajo de prevención llevado a cabo días atrás por los responsables del circuito europeo y el equipo de mantenimiento de Sotogrande ha sido todo un éxito, porque casi parecía de brujería que las bolas no se movieran en los greenes, sobre todo en los más expuestos. Las incidencias en este sentido han sido mínimas y en ningún caso alarmantes. Dejaron hace dos días de rasurar y ‘rulear’ los greenes, para ponerlos lentos, lentos, y es verdad que hoy presentaban una velocidad de 10,3 en el stimpmeter. Pero ni por esas: daba la sensación permanente de que las bolas iban a moverse… Afortunadamente, apenas ha ocurrido.
Entre los 16 pequeños héroes, por supuesto, hay que destacar la presencia de dos españoles, Campillo y Cabrera Bello. El extremeño, que terminaba con un bogey en el 18, además ha jugado por debajo del par sin sentir que estuviera poniendo en liza su mejor versión. Y el canario, por su parte, reconocía que hasta se había divertido. Están locos estos jugones.
