Durante el calentamiento previo a la última ronda del Soudal Open, Nacho Elvira sintió un crujido extraño en su hierro 2 en uno de los impactos. Rápidamente miró la cara del palo y observó que la cara se había rajado. Palo inutilizado. No es precisamente el hierro 2 el palo que quieras dejar de tener cuando estás peleando por la victoria en un campo como el Rinkven International Golf Club. No era un palo más, al contrario, era un elemento clave en la estrategia de Elvira y su caddie David Morago.
En los últimos tiempos, el juego de Nacho está más que engrasado. Ha formado un tándem buenísimo con Morago y le está pegando muy bien a la bola. El único palo con el que no termina de estar completamente a gusto es el driver. Cierto que esta semana había funcionado bien, pero en una ronda final, con la tensión de pelear por la victoria, nunca se sabe por dónde va a salir el asunto…
Pues bien, el hierro 2 era el palo elegido en varias salidas, alrededor de cuatro en función del viento. Con el hierro 2, Nacho sí se encuentra muy cómodo, al menos mucho más que con el driver. Inutilizado ese palo, ha tenido que sustituirlo por la madera 3 y el driver. Morago, en una gran labor, ha tratado de quitarle importancia, pero al final sí que la tenía. «He estado muy incómodo con el driver. No sé que ha pasado. Igual ha sido lo del hierro 2, el hecho de que se haya roto, que me ha metido más presión, no sé, pero estaba incómodo. Había varias salidas donde no tenía pensado pegar el driver y no me ha quedado más remedio», asegura a Ten Golf.
La realidad que ha sido un serio contratiempo y le ha podido costar muy caro. Nunca sabremos si le habría ido mejor con el hierro 2 en la bolsa, pero nadie lo duda. Sea como fuere, lo ha sacado adelante y ha ganado el torneo. «Mucha garra, he sacado mucha garra. Lo único que no ha estado ha sido el driver, por suerte lo he podido arreglar con el resto. La victoria es un alivio. Estaba bastante nervioso porque no estaba pegando bien desde el tee. Fue todo corazón en los últimos hoyos porque sabía que tenía un par de hoyos de drive en los que no me sentía cómodo. Creo que ese chip en el 17 fue la clave porque además, aunque no se veía en la tela, no estaba bien la pelota, estaba justo sobre una lechuga», explica.
Elvira está especialmente orgulloso del último putt en el 18. Ha estado a punto de entrar y la ha dejado dada para par. «Sabía que si metía el putt en el último hoyo ganaría. He aprendido un poco del pasado. En Celtic Manor (la última vez que gané en 2021) la pegué demasiado pasada y no metí el putt de vuelta, así que sabía que tenía que tirar un buen putt. Intentarlo, pero sin ser demasiado codicioso. Parecía que iba a entrar y acabó quedándose en el borde, pero el resultado final también fue bueno para mí», apunta.
El golfista español destaca el trabajo del European Tour en una jornada muy difícil por la gran cantidad de lluvia que ha caído. «He intentado no mojarme (durante la suspensión en juego). Estaba diluviando y esperamos 30 minutos, pero enhorabuena al equipo del circuito y del campo porque han hecho un trabajo fantástico. Nos mantuvieron en el campo sabiendo que pasaría y así fue». señala.
Nacho admite que lo tuvo que sacar adelante con el plan B. «Cuando pegas bien, todo parece fácil. Cuando no, todo parece muy complicado. Se lo dije a mi caddie, por alguna razón no me sentía bien hoy, quizás una mezcla de emociones. Mis wedges y mi putt estaban en su punto, pero desde el tee me estaba costando. Intenté mantenerlo en juego de alguna manera y dio sus frutos. Es especial ganar con mi hermano aquí, sobre todo porque he intentado enseñarle que este juego no se obtiene la recompensa cada semana, hay que ser paciente. Espero que haya aprendido algo de esto y que siga esforzándose», remata.