Louis Oosthuizen (-17) no tuvo que hacer gran cosa este domingo para ganar el AfrAsia Bank Mauritius Open. Lo más importante fue darse cuenta a tiempo de que algo sí tenía que hacer para ganar el torneo. No mucho, pero algo así.
El sudafricano ha logrado su segunda victoria consecutiva después de imponerse el pasado lunes en el Alfred Dunhill Championship. Lo que son las cosas. Llevaba cinco años sin ganar un torneo y ahora ha ganado dos en seis días. Así funcionan los estados de ánimo, de forma y de confianza.
Oosthuizen miró a su alrededor esta mañana antes de salir a jugar y pensó que el torneo iba a caer sí o sí por su propio peso. Es un planteamiento razonable, puesto que sus rivales más directos andaban algo justos de experiencia ganadora, y un segundo puesto, o incluso un top 5, les iba a saber a gloria bendita.
El problema es que en golf eso de dejarse llevar hasta la línea de meta no suele ser buena cosa. Oosthuizen arrancó jugando mal, con dos bogeys en los hoyos 4 y 5 y, de pronto, dejó de ser líder y metió a alguno más en la pelea, como Sebastian Soderberg (-14), que marchaba muy por delante haciendo birdies como un poseso para borrar su topetazo de ayer (77 golpes). El sueco sí habría sido un rival más fiero para Oosthuizen. El ‘invitado’ De Villiers soñaba con el triunfo y Canter suficiente tenía con no pensar demasiado en la victoria para no avivar fantasmas.
Superado el primer tercio de la última vuelta, dio la sensación de que el AfrAsia iba a tener un desenlace emocionante, pero a la hora de la verdad no fue así. Cuando se empezaron a repartir en serio las papas, Oosthuizen demostró que a día de hoy es mucho más jugador que De Villiers o Canter. Pegó los mejores tiros, se metió en menos problemas y terminó ganando el torneo sin necesidad de meter la quinta velocidad.
A Canter le empezó a temblar el pulso alrededor de los greenes y con el putter y De Villiers empezó a fallar golpes, sobre todo desde el tee. Así llegó un momento clave. Fue en el 15, par 5. Oosthuizen lo jugó de libro para lograr el birdie, con un tercer tiro excepcional, y De Villiers cometió un bogey que no aparecía en ninguna hoja de ruta para situarse de pronto a dos golpes. Volvió a hacer bogey en el 17, cuando de estaba decidiendo el torneo, y permitió a Oosthuizen salir a jugar el 18 con el codo por fuera de la ventanilla y fumando un puro. Victoria final con dos golpes de ventaja sobre Canter (-15), que fue incapaz de hacer birdie en los cinco últimos hoyos, y tres sobre De Villiers, Daniel Brown y Soderberg.
Oosthuizen gana por segunda vez en seis días y se impone en un recorrido co-diseñado por él. Esta es la razón por la que ha decidido jugar en Mauricio. Ahora, su siguiente desafío será ganar en LIV Golf, algo que aún no ha podido conseguir.
