Hasta cinco putts de birdie de más de tres metros de distancia ha embocado Viktor Hovland (-8) para encaramarse hasta la segunda posición del Abu Dhabi HSBC Championship, primer torneo de la Rolex Series del DP World Tour en el año 2022, a sólo un golpe del líder, Scott Jamieson (-9). Seguro que, pejigueros y puñeteros como somos, más de uno nos hemos acordado de la Ryder y de Whistling Straits, donde el joven noruego debutaba con el equipo europeo sin llegar casi en ningún momento a templar y mandar en los greenes. Porque el caso es que Hovland, allí, en Wisconsin, se manejó suficientemente bien de tee a green, pero luego no pudo sacarle punta precisamente a uno de los puntos fuertes de su juego, si es que el muchacho tuviera algún flanco débil…
De acuerdo: ni la cita en Abu Dhabi tiene nada que ver con una Ryder Cup, ni tampoco parece justo ni lógico apestar a todo el mundo en general, y al nórdico en concreto, con tales recuerdos cada vez que lo borde con el putter. Tiempo y oportunidades va a tener de sacarse aquella espina, porque no hace más que crecer y afianzarse entre los mejores del mundo.
Lo dicho. Que Hovland suma ya cinco putts de birdie de más de tres metros (uno de más de nueve metros y otro de más de once, por cierto) en apenas una jornada y habrá jugadores que se marchen del emirato sin alcanzar esa cifra. Tiene gracia que el joven noruego se haya marcado tal exhibición en unos greenes tan exageradamente vertiginosos, con desniveles tan pronunciados, en ocasiones al límite de lo ridículo, pero es que, por otro lado, son realmente nobles, con una nota extraordinaria de mantenimiento.
De momento, todos los que hoy se han procurado un buen colchón, como es el caso de Hovland, tienen mucho terreno ganado, puesto que mañana viernes va a costar mucho más hacer birdies, si de verdad sopla el pequeño huracán que auguran los partes meteorológicos.
La primera jornada no ha podido cerrarse al completo, por falta de luz, así que mañana todavía tendrá que rematarse y en principio se hará ya con mucho viento. Toca apretar los dientes y hacerse fuerte en la trinchera.
