A Justin Rose (-4) le hace falta una gran victoria para colmar sus ansias o calmar su ansiedad, como ustedes prefieran. Este niño prodigio del golf inglés ha vuelto esta temporada a la primera escena…
Ha madurado y ya no siente la presión asfixiante de corresponder cada semana con su juego a los millones de piropos y bendiciones que recibió en sus inicios y que lo situaban como uno de los 'elegidos'.
Rose quizá se equivocó marchándose tan pronto a Estados Unidos, quien sábe… Pero aún tiene tiempo de hacer historia porque su juventud es insultante (nació en 1980). En 2002 había ganado dos torneos en el circuito europeo que le abrían las puertas del Olimpo… Después, la travesía en el desierto ha sido larga y dura, pero ha vuelto.
En 2007 volvió a ganar después de cuatro años de sequía y, ojo, en los cuatro grandes no ha bajado del decimosegundo puesto. Un serio aviso a Tiger y compañía, un tiro al palo…
Rose es la elegancia hecha swing. Es un tipo, además, extraordinario: sencillo y natural. No es de extrañar que el run-run de Valderrama le apoye más que a, por ejemplo, Padraig Harrington. Mañana domingo el duelo está servido, porque el irlandés ha sumado en la tercera jornada su tercer par consecutivo del torneo.
En las condiciones en que se ha jugado este campo de Valderrama en la vigésima edición del Volvo Masters, hay que tomarse muy en serio a quien firma tres pares seguidos. Si Justin Rose llega a creerse campeón antes de firmar la tarjeta del domingo, ahí estará el irlandés para darle fuerte y flojo donde más duela y cuando más duela.
Una curiosidad: casi la mitad de los birdies que ha conseguido Rose en el torneo los ha hecho en la horquilla de los hoyos 10 y 11. Y un dato que revela que este inglés es ya un tipo hecho y derecho, una 'pantera' que acecha a su primera gran presa: este sábado, jugando con Harrington, comenzó con bogey y doble bogey en los hoyos 1 y 2… "En el tee del hoyo 3 recapacité, pensé que aún era colíder del torneo y que tenía dos opciones: olvidarme de los dos primeros hoyos y seguir adelante o echar a perder toda la vuelta", aseguró Rose.
Todo apuntaba a que el ganador del Open se lo iba a comer crudo… Pero Justin supo rehacerse.
Miguel Ángel Jiménez (+7), la esperanza de victoria del golf español para el fin de semana, se ha desinflado en la tercera 'entrega'. Como él mismo ha reconocido al finalizar su recorrido, "en este campo hay que pegarla bien desde el tee y si no es así, hasta luego Lucas".
Sergio (+9) ha finalizado el día a cuatro golpes de un top-ten que aún tiene al alcance en la última jornada.
Lo de Gonzalo Fernández Castaño ha sido cruel: ha jugado muy bien, aunque el putter le está amargando más de la cuenta, y cuando marchaba al par del día, firmó un doble bogey y un triple en los hoyos 16 y 17 (en el 16 lllegó a doblar su sand wedge sacándola entre los árboles y en el 17 se fue dos veces al agua…).
