Álvaro Quirós fue el único español que logró pasar el corte en el Alfred Dunhill Links Championship que concluyó este domingo en el Old Course de St Andrews. Las cosas no le fueron bien en la última jornada, pero esta vez nos vamos a fijar precisamente en lo que ocurrió el sábado por la tarde cuando entregaba una tarjeta de 66 golpes en la cuna del golf. Con este resultado conseguía remontar en la clasificación y asegurar el cuarto corte consecutivo. No es un dato para tomar a la ligera en la trayectoria reciente del jugador de Guadiaro.
Tanto es así que para encontrar la última vez que jugó las cuatro rondas de un torneo durante cuatro semanas seguidas hay que remontarse en el tiempo nada menos que cuatro años. Ocurrió a principios de 2015, cuando enlazó los fines de semana del Commercialbank Qatar Masters, Omega Dubai Desert Classic, Maybank Malaysian Open y Puerto Rico Open. Desde entonces nunca logró unir más de tres cortes seguidos. En esta ocasión, han sido el Omega European Masters, Porsche European Open, BMW PGA Championship y Alfred Dunhill Links.
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No hay que ser ningún sesudo analista para deducir que esta estadística responde a una versión más sólida de Quirós. El golfista andaluz es consciente de ello, aunque todavía le cuesta darle el valor que realmente tiene. Álvaro aún tiene fresca en su cabeza la imagen de aquel jugador que de tanto en tanto, bastante a menudo, se metía en la pelea por ganar los torneos. Era irregular pasando cortes, fallaba también muchos, pero cuando estaba en el fin de semana lo normal era verlo arriba.
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De este modo, la lucha interior de Quirós es darle valor a pasar cortes sin verse arriba el domingo, tal y como ha sucedido en estas cuatro semanas. De hecho, su mejor resultado ha sido en el Porsche, cuando terminó en el puesto 46º. Esta solidez de Álvaro no es casual, es algo buscado por el golfista, por lo que sin duda se puede decir que ha dado un paso adelante, pero todavía no tiene completamente amarradas las riendas del potro salvaje que lleva dentro y que se pregunta si realmente merece la pena pasar el corte para acabar finalmente en el puesto 40º.
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Quirós siempre ha sido un jugador de altos vuelos. Siempre ha pensado en grande. Sigue pensando en grande, aunque lo haga de puertas hacia dentro, y le cuesta un esfuerzo enorme asumir esto de jugar los cuatro días, pero no verse arriba, donde realmente se parte el bacalao. Esa es su lucha. Va ganando algunas batallitas. Estos cuatro cortes son un buen ejemplo. Pero la guerra aún está en el aire.
Esta semana tendrá una nueva prueba de fuego en el Open de España. Podría ser su quinto corte consecutivo, algo que no hace desde 2014, cuando enlazó seis entre el Maybank Open y el Irish Open. La lucha no cesa.
