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Aquel día, hace once meses, en el que se encendió una lucecita en el putting green…

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Justo a mediados de noviembre de 2010, hace hoy algo más de once meses, Sergio García encontró trabajando en el putting green el comienzo de algo…

La idea general la tenía muy clara: sentía que su mano derecha no funcionaba correctamente a la hora de accionar el swing de putter, sobre todo en los momentos de mayor presión. Es decir, cuando más necesitas la ‘ayuda’ de este palo.

Como idea estaba bien, pero no tenía un diagnóstico claro, puesto que algunas veces cerraba ligeramente el golpe y otras, sin embargo, lo abría, sin que encontrara una explicación clara y objetiva.

Así que se puso a buscar soluciones. Y el inicio de esa búsqueda la basó el jugador español en un fundamento: si no sé por qué mi mano derecha me lleva al error, al menos tengo que conseguir que ella sea algo así como una ‘mera acompañante’ a la hora de patear. Él quería sentir de un modo rotundo que era su mano izquierda la que marcaba, dirigía y hasta ejecutaba todo el movimiento del swing de putter.

Así, contrariamente a lo que pueda parecer cuando se ve una imagen de Sergio en un green, esa mano derecha que sujeta el palo en forma de pinza (así se le suele llamar) es sólo un mero apoyo de sujeción. Poco más. Es el modo que encontró el propio Sergio para ‘anular’ la acción de dicha mano diestra.

El movimiento físico arranca siempre desde la mano izquierda, que empuña la parte más alta del grip. Es la palma de su mano izquierda la que manda en el backswing y el dorso de la misma mano, y sólo él, quien dirige el regreso del palo hasta el contacto con la bola y el finish.

No fue, en todo caso, cuestión de coser y cantar. Sergio había encontrado un modo, pero había que probarlo, perfeccionarlo, pulirlo. Lo estrenó en la final de Dubai del año pasado y es cierto que enseguida comenzó a verle las bondades al nuevo método, pero quedaba camino por recorrer.

A lo largo de todo el año 2011 se ha ido viendo paulatinamente a un García más sólido en los greenes. Y lo de esta semana en Castellón ha resultado ser una explosión gozosa del método y, sobre todo, de la confianza que éste ha ido generando en todo su juego. Las cifras producen vértigo: 99 putts en greenes en regulación, habiendo cazado casi el noventa por ciento de los greenes… 

No es extraño que Víctor García, padre y entrenador del jugador, comentara al final de la jornada dominical: “es la mejor versión de Sergio que he visto nunca. Y es así porque no ha fallado ni un solo putt. Incluso alguno que no ha metido estaba muy bien tirado. Ha sido casi la perfección”.

La perfección, desde luego, bien pudiéramos estimar que la ha alcanzado entre el hoyo 13 del sábado y el 12 del domingo, ambos jugados, tramo virtual de 18 hoyos en el que este mocetón de 31 años tiró tan solo sesenta golpes…