Se llama Bernardus Golf, pero para la Armada, como es lógico, ya se ha convertido en ‘Bernardo’. Se trata de un campo de golf que debuta esta semana en el European Tour. Es, por tanto, el gran protagonista del Dutch Open, una de las paradas con más tradición del circuito que se viene jugando en la tierra de los tulipanes desde 1972 de manera ininterrumpida. Sólo se perdió la edición del año pasado por culpa, cómo no, del coronavirus.
Siempre hay expectación cuando un campo aparece nuevo en el European Tour, y mucho más en un torneo que se ha jugado durante tanto tiempo. ‘Bernardo’ será el noveno trazado diferente que reciba al Open de Holanda. La primera impresión ha sido buenísima. Los jugadores están encantados. Se trata de un diseño de Kyle Phillips abierto al juego en 2018. Es decir, es muy moderno. No es un links, pero sí trata de imitarlo en algunos conceptos. Por ejemplo, los greenes son de festuca, más bien lentos, y las calles están protegidas por dunas y los clásicos arbustos de los links. «A mí recuerda un poco a Kingsbarns, diseño también de Phillips, aunque este campo me gusta más por diseño. Kingsbarns tiene las vistas que son incomparables, pero desde el punto de vista del juego me quedo con éste», afirma Gonzalo Fernández Castaño.
Otras particularidades del campo que lo asemejan al estilo links es que algunas calles están compartidas y que los búnkers son trampas auténticas. Además, los greenes están protegidos por zonas de escape bastante pronunciadas, por lo que fallar por el lado malo significa dejarse una recuperación compleja. «Es una gran campo y estoy convencido de que va a llamar la atención por la televisión», afirma Gonzalo.
Un detalle que lo hace diferente a otros campos del European Tour es que la salida del tee del 1 está en el putting green. No muy cerca, próxima o pegada, sino sobre el mismo putting green. Es muy grande y permite compartir el espacio. «Menos mal que salimos con driver en el hoyo 1, porque si llega a ser un hoyo de hierro daría un poco de cosa», bromea Alfredo García Heredia, otro de los españoles presentes esta semana en Holanda y autor de esta foto del tee del 1.
Las calles están duras al estilo links, son más bien generosas y los greenes están receptivos. Si unimos estos factores a una previsión meteorológica bastante favorable, todo hace indicar que se van a ver resultados bajos. Sólo el viento podría impedir un buen festival de birdies. Los greenes se encuentran en una condición impecable, lo que ayudará a hacer resultado a todos aquellos que se encuentren cómodos con el putter.
El diseño de Phillips está gustando mucho porque es muy variado. Se trata de un campo completo, que combina de manera acertada pares 4 largos con otros cortos, un par de pares 3 de hierro 4 y hierro 5 y otros dos de hierro 8 y 9. En definitiva, un campo que está gustando y va a llamar la atención, a pesar de que la primera impresión era más bien cauta puesto que está en medio de la nada en el centro de Holanda, al norte de Eindhoven y más cerca de Amberes que de Ámsterdam.
Bernardus Golf es desde esta semana un nuevo territorio por conquistar para los españoles en Holanda. El éxito de los nuestros en estos lares ha sido más que notable. De los ocho campos que han acogido el Open de Holanda hasta la llegada de Bernardo, los nuestros han ganado en la mitad. Seve, qué bárbaro, venció en tres sedes diferentes (Kennemer G&CC, Noordwijkse GC y Hilversumsche GC), Sergio García lo hizo en la última edición de 2019 en The International, Miguel Ángel Jiménez ganó en Hilversum, José María Olazábal en Kennemer y Gonzalo Fernández Castaño también en Hilversum. Espectacular palmarés de la Armada en estas tierras de la Oranje.
Por cierto, para rematar con ‘Bernardo’, los jugadores están alucinados con la zona de prácticas y, muy especialmente, con la de juego corto. «Seguramente es la mejor que he visto en mi vida», señala Gonzalo. Y mucho cuidado con esta afirmación, ya que Gonzalo ha jugado a lo largo de su vida en más de uno o dos campos y entre los mejores del mundo… Palabras mayores.
