Jamie Donaldson (-10) ha entregado la mejor tarjeta del día (63 golpes) en la segunda jornada del Open de Sudáfrica. Lo suyo ha sido puro y descarnado rock and roll en un campo, el Gary Player Golf Club, donde este tipo de resultados, más que caros son prohibitivos. Mucho green en regulación y putts de todos los colores. Explosiva fórmula.
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Christiaan Bezuidenhout (-10), que curiosamente es colíder del torneo, no rasguea guitarras eléctricas ni se suelta el pelo. Más bien pertenece a ese grupo de jugadores que te matan suavemente con su canción. O lo que es lo mismo: aquellos que hacen del bogey por momentos (horas, incluso) una estúpida quimera. Un imposible. Su sencilla melodía te atrapa (calle-green-calle-green-calle-green-calle-green-calle-green) y no te la puedes quitar de la cabeza… Te mata suavemente, sin estridencias. Con mucha educación y hasta un deje de melancolía.
GFC se gusta alrededor de los greenes en Sudáfrica
Bezuidenhout sólo la firmado un bogey en los primeros 36 hoyos. Nadie más se acerca a este particular registro ni por asomo. Y este dato también tiene un precio inalcanzable en el recorrido de Sun City, donde puedes hacer birdies aquí y allá jugando bien al golf, por supuesto, pero raro será que no salgas del campo asimismo con algunas magulladuras. El sudafricano de 26 años, ganador en su día en Valderrama, otro campo que se las trae, y flamante vencedor del Alfred Dunhill la pasada semana, se ha ido al hotel de momento sin moratones y bien peinado. Si acaso, eso, un rasguño imperceptible. Veremos si es capaz de encadenar dos triunfos en su tierra, aunque no sería el primer sudafricano en conseguirlo, pues antes que él lo hicieron otros como Schwartzel, Sterne o Grace.
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Da la sensación de que a Donaldson le aguarda una dura lucha en las trincheras con la temible infantería local durante el fin de semana, puesto que además de Bezuidenhout también están en la pelea otros como Fritelli (-8) y Burmester (-8). Y ya sabemos que de cada diez torneos del circuito europeo que se juegan en Sudáfrica prácticamente seis se los llevan jugadores de aquel país…
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Gonzalo Fernández Castaño (-2) todavía tiene cierto margen de maniobra para meterse en la lucha por el título después de cerrar hoy una vuelta al par del campo. Dicho margen es muy justito, no nos engañemos, pero todavía existe. Necesitaría una gran tercera ronda. El madrileño ha mejorado sensiblemente su juego de tee a green respecto al jueves, e incluso se llegaba a meter en el top ten de la tabla, pero dos bogeys postreros lo llevaban de nuevo a la casilla de salida. Poco importa: este hombre volverá a coger los remos mañana y a lanzarse río arriba, contra la corriente. Es lo que viene haciendo semana a semana y antes o después sacará réditos a tanta paciencia.
El Open de Sudáfrica, una espina profunda y clavada con saña…
También han pasado el corte Sebas García Rodríguez (PAR) y Pablo Larrazábal (PAR), con sendas tarjetas de 72 golpes. Ambos están a cuatro golpes de dicho top ten provisional, así que todavía pueden hacer muchas e interesantes cosas. Lo mismo que Álvaro Quirós (+1), que conquistaba el fin de semana con una notable y bien luchada tarjeta de 70 golpes, respondiendo a cada tropiezo con birdies. Como debe ser. Nacho Elvira (+5), a quien le está costando ajustar ese punto dulce de templanza, y Carlos Pigem (+12) se han quedado fuera del corte.
