– Descripción del taxista ideal. Que no sea el clásico palizas: todo lo bueno y lo malo le pasa a él. Tampoco un sieso de gruñidos monocordes. Aunque puestos a elegir, mejor el segundo que el primero. En Atocha, camino del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, todo sale bien: nos subimos con un tipo encantador que además responde al nombre de Raúl González Blanco, tal cual, según se lee en la carta de identificación, o como se llame eso que llevan los taxistas colocado en un lugar visible dentro del vehículo.
Sólo le falta el ‘7’ a la espalda. Nada malo puede pasarnos en una Gira del Desierto que arranca con la bendición de Raúl.
VÍDEO | Sobre la polémica de Justin Thomas desde Abu Dhabi
– Esto de aterrizar y hacerse un PCR, tal y como ha tocado hacer en Abu Dhabi, cómo decirlo, sonaba a lío gordo. O a colas interminables. Por otro lado, qué envidia. Igualito que en España, ¿eh? Un PCR gratuito a todo el que llega con la sana intención (nunca mejor dicho) de ponérselo un poco más difícil al virus… Igualito que en España.
Al final, además, el trámite resulta rápido. Lo tienen bien organizado y tampoco llegamos a unas horas de excesivo tráfico aeroportuario. A la mañana siguiente (hoy, domingo), un SMS al móvil anuncia la buena nueva: NEGATIVO. Tira millas.
– Poco antes del mediodía de este domingo espléndido de veinte grados a la sombra llega a la calle de prácticas del Abu Dhabi Golf Club el primer ‘cliente’, que no es otro que Robert Rock. Claro, el inglés tiene lo suyo y lo de los demás, porque hay que recordar que él es jugador y entrenador. Son ya muchos los profesionales que se han puesto en sus manos y en las de su equipo de trabajo (entre otros, los españoles Pablo Larrazábal y Alejandro Cañizares).
Una noticia en el aeropuerto antes de volar a la Gira del Desierto
Luego van llegando otros, incluido Justin Thomas, que aparece por la zona de prácticas en sandalias, con los zapatos de golf en la mano (que pocos quedan ya que usen zapatos) y cierto aire de jet lag. Normal. En fin, dejemos que se despeje un poco y no dudemos en colocarlo como máximo favorito al triunfo dentro de siete días. Sería la tercera victoria estadounidense en Abu Dhabi, después de las de Chris DiMarco en 2006 y Rickie Fowler en 2016.
– Se hace extraña la estampa del hoyo 18, puesto que por primera vez en la historia de este torneo (en 2006 fue la primera edición) no habrá carpa gigante ni gradas al fondo, pasado el green, aunque sí queda una estructura a la izquierda, según se viene jugando el hoyo. El final de este par 5 pierde majestuosidad, pero gana encanto.
El exceso de entrenamiento mental que ‘tumbó’ a DeChambeau en el Masters
– En realidad son muchas las costumbres, rutinas y escenarios que han cambiado por culpa de esta maldita Covid 19, que todo lo ha empantanado. No es que a este torneo se acercaran hordas de aficionados, pero escuece comprobar cómo se han retirado las zonas de ocio y asueto que había para ellos. No queda otra. Y es obligatorio insistir hasta la saciedad en que es casi milagroso que se estén organizando y disputando estos torneos; la burbuja creada y mantenida por el European Tour es todo un modelo. Volverán tiempos mejores.
