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El exceso de entrenamiento mental que ‘tumbó’ a DeChambeau en el Masters

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Bryson DeChambeau © Sentry TOC
Bryson DeChambeau © Sentry TOC

Podrá gustar más o menos, pero de lo que no hay dudas es de que Bryson DeChambeau es el tipo de deportista que nunca deja indiferente. De sus apariciones en el campo de golf siempre hay detalles que reseñar. Una información que se multiplica escuchando sus comparecencias de prensa y entrevistas, en las que suele desvelar aspectos de su preparación poco comunes entre sus compañeros de profesión.

Así ocurrió este viernes, cuando el ganador del US Open tomó la palabra como previa a su participación en el Saudi International del European Tour dentro de pocas semanas. Bryson desveló algunos aspectos interesantes sobre su rendimiento en el Masters, al que llegaba como uno de los grandes favoritos, y en el que nunca llegó a estar metido en la pelea por el triunfo, pasó el corte a duras penas y terminó en el 34º puesto empatado a 18 golpes del ganador, Dustin Johnson.

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El californiano no llegó bien físicamente al Augusta National Golf Club. A pesar de dar negativo en los test de covid-19, se quejó de dolores de cabeza y fatiga. «Tengo que arreglar lo que quiera que sea que está pasando aquí», dijo tras firmar una ronda final de 73 golpes. «No tengo ni idea de qué es. He tenido pareos, pero prefiero no comentarlo en este momento», insistió. Ahora, meses después, cree saber cuál fue su problema.

«Fui a varios médicos, a varios especialistas, tratando de averiguar qué me pasaba. Me hice un par de resonancias. Fui a un médico del oído interno, me hice exámenes de vista, de presión ocular e incluso una ecografía cardíaca y otra en el cuello para ver el flujo sanguíneo y cómo se movían las cosas a través de diferentes zonas de mi cuerpo. Y todo poco a poco volvió a la normalidad», detalló Bryson.

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«Lo único que les diré es que he hecho mucho entrenamiento cerebral con Neuropeak y el lóbulo frontal de mi cerebro estaba trabajando demasiado duro, por lo que me dio unos síntomas extraños, como un exceso de esfuerzo», explicó. «Cuando comencé a relajar un poco mi cerebro y me introduje en una situación más cómoda, con rutinas de horas de sueño, muchos de esos síntomas que sufría desaparecieron. Vuelven de vez en cuando durante algún tiempo, pero respiro mucho y profundamente y desaparecen, estoy concentrado en hacerlo más», desveló.

En el Sentry Tournament of Champions de la semana pasada dijo que estuvo a punto de desmayarse varias veces durante un entrenamiento con Kyle Berkshire, campeón de World Long Drive: «Hubo momentos en los que realmente estaba entrando en una especie de túnel y tuve que pararme». DeChambeau, sexto en el ranking mundial, logró la temporada pasada el récord de alcance promedio con el drive con 322,1 yardas. En lo que va de curso 2020-21 su media ha subido a 329,2 desde el tee, casi siete yardas más que el segundo, Rory McIlroy.

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Esta vez, su obsesión por mejorar, en este caso con durísimos entrenamientos mentales, le pasó factura. Pero seguro que Bryson seguirá insistiendo para seguir evolucionando su juego y llevándolo a límites desconocidos.