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La preparación marciana de DeChambeau para el Masters

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Bryson DeChambeau, en el Shriners © Golffile | Ken Murray
Bryson DeChambeau, en el Shriners © Golffile | Ken Murray

El martes de la semana pasada, Bryson DeChambeau tuvo un extraño comienzo de torneo en el Shriners Hospitals for Children Open, de Las Vegas. Le ‘invitaron’ a retroceder su posición en el campo de prácticas del TPC Summerlin porque sus golpes con el driver estaban aterrizando en la valla que protegía el vecindario que rodea al campo, a 350 yardas de distancia.

Un día después, el californiano hizo 59 golpes en el pro-am. Y el jueves, en la primera ronda del torneo, firmó una tarjeta de 62 golpes, nueve bajo par, que hacía presagiar un nuevo triunfo para su palmarés. Aunque finalmente, un mal sábado, con dos dobles bogeys y dos bogeys en apenas cinco hoyos, le impidieron luchar por un torneo que parecía tener encarrilado.

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En ese margen de tiempo, tuvo incluso que defenderse de las críticas recibidas por parte de Matthew Fitzpatrick por su forma de jugar, tratando de golpear la bola cada vez más lejos. Pero no parece que nada ni nadie vaya a interponerse en los métodos de Bryson, metido de lleno desde ya en la preparación del Masters del próximo mes. Una preparación que podríamos calificar como marciana.

DeChambeau no tiene previsto volver a jugar en estas cuatro próximas semanas y centrará todos sus esfuerzos en el último major de la temporada. Después de su exhibición en Winged Foot, donde conquistó el US Open convirtiendo las calles estrechas y el maquiavélico rough en un juego de niños, el mundo del golf espera con intriga para conocer cuál será su plan desde que cruce Magnolia Lane camino del Augusta National.

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Por el momento, Bryson se recluirá en su casa de Texas para llevar a cabo una puesta a punto de lo más peculiar. «Sólo trato de resolver más cosas, como siempre», dijo tras su última ronda en el Shriners. «Voy a entrenarme como un loco. La primera semana en casa, no creo que toque mucho los palos, me ejercitaré bastante duro y con suerte igual llego a los 111 kilos de peso o algo así. Será la primera vez que lo hago, así que comeré mucho, me entrenaré mucho y a ver qué podemos hacer a partir de ahí», detalló.

En esos días, espera recibir una ingente cantidad de material para hacer pruebas a medida con las que pulir su swing. Entre sus nuevos palos destacan varios drivers con ejes más largos, con los que espera conseguir resultados aún más ambiciosos de los que ha logrado tras la interrupción del circuito provocada por la pandemia del covid-19. En el Shriners de esta semana pasada, por ejemplo, conectó 43 golpes de salida más allá de 300 yardas, algunos con maderas 3 e híbridas, y 18 por encima de las 350 yardas.

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«Desde la perspectiva del entrenamiento de velocidad, posiblemente pueda pegar más de mil bolas en las próximas cuatro semanas intentando aumentarla. Se necesitan alrededor de 100 a 130 para tener una buena sesión de entrenamiento de velocidad», explicó DeChambeau.

«La mejoría que estoy experimentando podría ser aún mayor con el nuevo equipamiento. Aún no lo tengo, pero se está trabajando de manera diligente entre bastidores. Lo ‘prototiparemos’ y probaremos si funciona. Si no es así, volveremos a intentarlo para, con suerte, tenerlo listo para Augusta«, insistió el ‘científico’ del PGA Tour.

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Bryson, además, reconoció que hará un viaje de reconocimiento a Augusta durante estas cuatro semanas fuera del PGA Tour. E insistió en que no necesita jugar torneos para mantener en forma su juego. El descanso de 13 semanas por la pandemia lo demostró. Rara vez jugaba una ronda de golf y, en lugar de eso, pasaba el tiempo en casa aumentando su velocidad de golpeo o en casa de Chris Como, su entrenador de swing, que convirtió su salón en una especie de laboratorio.

«Sentí que volví muy bien sin jugar al golf. Creo que mi juego es lo suficientemente bueno como para hacer algo así, no creo que tenga problemas para regresar», explicó DeChambeau. Tampoco parece tener problemas con todo el ‘ruido’ generado por su transformación física, clave para aumentar su distancia de golpeo.

«Todo lo que trato de hacer es mejorar mi golf. Como consecuencia de eso, he descubierto cómo pegarle a la bola algo más lejos y más recto. Con mis hierros de longitud única (las varillas son todas de la misma medida), sólo estoy tratando de hacer algo beneficioso para el juego. Y creo que todos podrían hacerlo si quisieran. Sólo quiero inspirar a la gente a hacer mejores cosas en la vida. No sólo en el golf. Si hay cualquier cosa que pueda darte una ventaja y hacerte mejor, ve a por ello», finalizó.