Los últimos meses, en especial durante el confinamiento, han transformado por completo a Bryson DeChambeau. El golfista californiano aumentó más de 18 kilos su peso, intencionadamente, con el objetivo de mejorar su juego y pegarle más lejos a la bola. Hasta el punto de que él mismo se sorprende de su cambio físico cuando ve fotos antiguas…
«Recuerdo a un Bryson tenue, una imagen pequeña de mí mismo», ha reconocido en el TPC Boston, donde esta semana disputa el The Northern Trust, primer Playoff de la FedEx Cup. «He estado mirando una foto mía en Instagram de hace cinco años, cuando me hice profesional. Fui a las Bahamas y me quité la camisa. Ahora no puedo creer lo flaco que estaba. Al verme, he pensado que estaba bastante hecho polvo. Pero no era así», ha explicado.
En los 13 torneos que ha disputado este año, Bryson ha finalizado en octava posición o mejor en nada menos que nueve ocasiones, incluida su victoria en el Rocket Mortgage Classic el mes pasado. Hace un par de semanas empató en la cuarta posición en el PGA Championship. Fue, de largo, su mejor resultado en la docena de majors que ha disputado como profesional. Hasta entonces, el puesto 15º empatado del US Open de 2016, en Oakmont, era su tope.
El PGA Championship de este mes fue también el primer Grande que jugó con su ‘nuevo’ físico. «Me emocionó poder resistir en las duras condiciones de los majors. Hay mucha más presión y muchas cosas sucediendo, y comprobar que mi cuerpo responda de una manera aún mejor de lo que lo había hecho en mis experiencias anteriores fue increíble, muy valioso para mí desempeñarme a este nivel con mi nuevo cuerpo», ha dicho.
Con este nuevo cuerpo que ha ‘construido’ y todo el trabajo que lleva detrás, además de un aspecto completamente diferente, DeChambeau ha modificado detalles importantes de su juego, como él mismo revela. «No sé dónde está el límite, sigo esperando con ganas cada día para ver hasta dónde puedo llegar», ha desvelado. La semana pasada, por ejemplo, logró una velocidad de palo con un hierro 6 de 112 millas por hora, con una velocidad de bola de 160 millas por hora.
