El Portugal Masters debería decidirse mañana entre dos candidatos, Thomas Pieters (-16) y Matthieu Pavon (-16), los que han llegado más lejos en el día del movimiento y además se han procurado una ventaja superlativa, cuatro golpes sobre su inmediato perseguidor, el danés Bjerregaard. Ambos firmaban hoy un 65, pero es que vienen haciendo un torneo calcado: belga y francés entregaban un 68 el jueves y un 64 el viernes… Todo sea que mañana tengamos además un desempate. Pierdan cuidado: ganador habrá sólo uno.
Pieters no necesita presentación. El belga iba para estrella mundial antes de cumplir incluso los 25 años y luego se veía frenado por esas cosas de la vida y el golf, inescrutables, peleado tantas veces consigo mismo. Hoy lucha por recuperar su mejor versión, porque hasta en los peores momentos se entendía que su sitio está como mínimo dentro del top 50 mundial. Pavon, de momento, no alcanza ni de lejos a tales expectativas. Lo del francés ha sido (está siendo) más una carrera a ritmo sostenido, un llegar al circuito europeo y mantenerse cada año sin pasar apuros, después de rematar una temporada de estreno (2017) muy prometedora; y unas maneras que no terminan de destacar de verdad en ninguna parcela (no aparece siquiera entre los veinte primeros en ninguna estadística), pero que le bastan para ir sumando aquí y allá. Porque de tanto en tanto, es verdad, junta las piezas y, como esta semana, puede llegar a parecernos uno de los mejores pateadores del mundo (incluso, a pesar de errar hoy dos putts muy cortitos; pero qué bien hace rodar la bola) y un jugador de hierros sobresaliente…
El líder hasta hoy, Nino Bertasio (-9) ha perdido pie (vuelta de 74), y del resto de aspirantes quizá podríamos incluir todavía en la ecuación, además de Bjerregaard, a Kristoffer Broberg (-11), Sam Horsfield (-10) y Nicolai Hojgaard (-10). Cualquiera de ellos necesitaría algo así como un 63, y de ahí para abajo, para de verdad meterle las cabras en el corral a Pieters y Pavon. Qué decir entonces de las opciones de Adri Arnaus (-8), que hoy también patinaba, jugando junto a Bertasio en el partido estelar.
Un triple bogey en el hoyo 5, primer par 5 del Dom Pedro Victoria Golf, después de perder la bola con el segundo disparo, reventaba las posibilidades del español, aunque luego iba a seguir remando para regresar a la parte de verdad caliente de la tabla. No había manera: de nuevo los pares 5, todos los del recorrido luso, se le iban a cruzar, haciendo imposible la remontada.
Sería curioso que ganara Pieters. Justo después del duro correctivo que sufría el equipo europeo en la Ryder de Whistling Straits, muchas voces reclamaban la necesidad que tenía la escuadra continental de recuperar a su mejor nivel a varios de esos jugadores de generación intermedia que pueden y deben tirar del carro, complementando a la savia nueva (Rahm, Hovland…) y a los más veteranos (Sergio, Rose…). Pues bien, aquello fue como un toque de corneta, puesto que inmediatamente después vimos a jugadores como Willett, Fitzpatrick o Rafa Cabrera Bello ponerse a ganar, todos ellos miembros debutantes del equipo europeo de 2016, en el que también estaba y debutaba precisamente Pieters.
