Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Gonzalo y el putt: de Utley a García Heredia, pasando por Olazábal

Gonzalo y el putt: de Utley a García Heredia, pasando por Olazábal

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No es sencillo reducir a una sola la clave de un triunfo…

Pero todos convendríamos en que el rendimiento de Gonzalo Fernández Castaño en Singapur con el putter en la mano ha resultado decisivo.

Por ejemplo, ese putt de unos cinco metros en el hoyo 72 del torneo, tirando para salvar el par, quedará para siempre en el recuerdo del jugador. Porque se las traía. Cuesta abajo, con caída pronunciada de derecha a izquierda, y cayendo la bola a la cazuela en el último suspiro, muerta.

El madrileño siempre había sentido que su juego con el palo decisivo era, cuando menos, inconstante. Estaba demasiado en manos de la inspiración. Por eso, a comienzos del año 2009 tomó una seria determinación y se fue a Estados Unidos en busca de Stan Utley, gurú respetadísimo del juego corto y, sobre todo, del putt. El asunto tenía sus bemoles, puesto que Utley le iba a modificar toda la dinámica, el ritmo, la mecánica… Pero Gonzalo, a comienzos de 2009 había tomado la determinación de dar ese salto decisivo en el ránking mundial, quería ser jugador de 'majors', quería estar en la pomada de la élite mundial.

No se puede decir que le fuera muy mal ese año. Obtuvo cuatro segundos puestos y finalizaba en el puesto 17º de la Race to Dubai, su mejor posición hasta la fecha. Sin embargo, pasaban los meses y él no terminaba de encontrar las mejores sensaciones sobre el green.

Así que fue abandonando el método Utley. Sin prisa, pero sin pausa, hasta retomar su mecánica de siempre, pero a la vez envuelto en un mar de dudas. En mayo de 2010, durante la disputa del Iberdrola Open en Mallorca, le pidió consejo a José María Olazábal en el putting green. El 'consejo' terminó tranformándose en una sesión en toda regla de más de una hora. Y no le fue nada mal al madrileño, porque esa misma semana salía en el partido estelar del domingo, aunque luego terminara quinto.

No sería la última vez en la que Chema le iba a echar un cable. Y todas esas sesiones cristalizaron en un nuevo 'stance' sobre la bola, con los pies juntos. (Es el momento de abrir un paréntesis: es muy curioso, pero si nos fijamos bien, en el primer hoyo de desempate ante Pagunsan se prepara para patear con los pies abiertos y, después de retirarse de la bola, termina pateando con los pies juntos, la misma posición con la que luego embocaría el putt decisivo de la victoria).

Desde entonces, en realidad, no ha dejado de buscar, de probar, de intentar… Y a día de hoy está pateando como en su vida. Lo contaba hace bien poco en Tengolf, aunque el asunto no es de anteayer. Con días mejores y peores (en Valderrama, por ejemplo, no anduvo fino el fin de semana en los greenes), él siente ahora una consistencia inédita hasta la fecha en toda su carrera. ¿La clave? Hace unas horas, mientras recibía el trofeo de ganador en el Sentosa Golf Club, dedicaba unas palabras de agradecimiento a Alfredo García Heredia, su último 'mentor' en la conquista de los greenes…

Ocurrió todo el pasado 18 de agosto, jueves. Gonzalo y Alfredo coinciden en el putting green del Prosper Golf Club (Celadna, República Checa) y el madrileño hace un relato pormenorizado al asturiano de sus penurias con el putter en la mano… Hablan, intercambian información y, al final, García Heredia le dice que, en vista de su problema, él tiene un putter en la taquilla que quizá le venga bien para corregir esas malas sensaciones. Gonzalo lo prueba y le gusta… Hasta hoy. Es el que sigue llevando en su bolsa. De aquella conversación también surgió el nuevo grip de putt en pinza que hoy utiliza el madrileño.

Ayer, a las 18,30 horas en Florida, Alfredo García Heredia se enchufaba a Golf Channel para asistir a la victoria de su compañero y amigo con un desfase horario de trece horas. Y no pudo reprimir una amplia sonrisa de satisfacción.

(En breve, en Tengolf, un detalle pormenorizado de aquella 'clase' sobre un putting green checo, aunque Alfredo se apresura a adelantarnos: "no hace falta decir que todo el mérito es de Gonzalo y de cómo le está pegando a la bola. Aquello fue sólo una anécdota, como tantas que pasan…". Anécdota o no, a Fernández Castaño le salen mejor las ecuaciones en los greenes desde aquel día).