El pasado mes de agosto Tiger Woods hacía una interesante reflexión acerca de cómo funcionan y van las cosas hoy en día en el golf profesional de élite. Sus palabras no tenían desperdicio: “Ahora solo consiste en sacar el driver y pegar lo más largo que puedas. Sólo se busca tener tres o cuatro buenas semanas al año. Así es como se juega ahora. El objetivo no es la consistencia, no se trata de pasar un montón de cortes. Se trata de tener tres, cuatro buenas semanas al año. Esa es la diferencia. Los jugadores entienden el juego así. Muchos sacrifican el juego corto o lo hierros cortos por el driver. A día de hoy es el palo más importante de la bolsa porque así es como se está jugando al golf”.
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¿Podría inscribirse a Jon Rahm en esta ‘cultura del pelotazo’ a la que se refiere el quince veces ganador de Grandes? Lo cierto es que los resultados del español no lo permiten. Pocos, muy pocos, son los jugadores que enseñan sus números en 2019, pues suma dos victorias, seis top 3 y un total de quince top ten en 23 torneos, habiendo fallado tan solo tres cortes.
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Además, el de Barrika no se siente aludido al respecto, cuando se le ha interpelado hoy al respecto. Antes bien, cree que él está en el ‘lado’ de Woods. Su reflexión es larga y razonada:
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“Me siento identificado con lo que a Tiger le gusta. Evidentemente, no con la dominación que él demostró, pero sí con la intención de estar ahí cada semana, compitiendo… Yo creo que él igual lo dijo un poco por Brooks (Koepka), que parece que sólo le importa jugar los Grandes. Incluso él mismo te lo dice, casi. Para mí todos los torneos son importantes y tengo muchos objetivos. Quiero ser competitivo todas las semanas. Así es como soy yo de competidor. Si me obligaran a elegir qué semanas jugar bien, pues claro que elegiría los Grandes, los Campeonatos del Mundo, esta semana (haciendo referencia al Open de España) y la semana de la Ryder. Pero a mí, por suerte o por desgracia, cada golpe que pego me importa muchísimo. Es como soy. Yo creo que soy del tipo de jugador que lo que busca es tener un año sólido: en mi primer año tuve muchos top 10, el segundo no tanto, y en este otra vez he estado haciendo top 10 en más de la mitad de los torneos que juego, dándome opciones de ganar. Prefiero ser alguien que siempre compite que uno que sólo le da importancia a dos semanas al año”.
