Connor Syme (-15) es el líder del Celtic Classic después de la tercera jornada. El joven escocés se ha aupado hasta lo más alto gracias a una soberbia tarjeta de 63 golpes y también, por qué no decirlo, al grave tropiezo que sufría Thomas Pierters (-11) en el hoyo 15 del Twenty Ten course de Celtic Manor, ese par 4 corto de riesgo-recompensa (más de recompensa que de riesgo, las cosas como son), donde el belga se anotaba en la tarjeta un triple bogey cuando venía gobernando con mano firme la jornada y el torneo.
Nunca es mal momento para hacer la mejor vuelta del año…
Pieters pertenece a ese perfil de jugadores que están por encima de la dificultad objetiva de los hoyos en un campo de golf. Si su juego anda fino, cualquier hoyo es a priori una opción potencial de birdie. Y punto. Tal es su poderío y arsenal de recursos. Y así lo ha vuelto a demostrar cuando sacaba un parcial de tres menos en los seis primeros hoyos del campo, que son los más complicados, sin ninguna duda. Aquello apuntaba a paseo triunfal. Mucho más cuando, más adelante, respondía a sendos bogeys en los hoyos 7 y 10 con eagles en el 9 y el 11.
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Junto al belga, Sam Horsfield (-14) iba sacando adelante una vuelta sólida, sin encontrar nunca el ritmo y la precisión de jornadas precedentes. Como si fuera un veterano curtido ya en mil batallas. Y así las cosas, iban a plantarse ambos en el tee del 15… En este par 4 corto, que ofrece esa posibilidad de pegar desde el tee un tiro ciego a green, y después de una larga espera, el belga pegaba un disparo horroroso; una madera 3 capotada, muy baja, que iba a estrellarse contra la maleza. Tras encontrar la bola y declararla injugable, de nuevo en el tee Thomas enviaba ahora la bola al agua…
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Ahora, las puertas del torneo están abiertas de par en par para un buen grupo de jugadores, en el que también hay que incluir al propio Pieters, que saldrá el domingo a cuatro golpes de la cabeza. Pero puestos a elegir a un candidato por encima del resto, quizá habría que quedarse con Horsfield, que esta semana podría declarar oficialmente su ingreso en la flor y nata del golf mundial, por si la declaración oficiosa anterior, después de ganar hace dos semanas, no hubiera sido suficiente. Será la de este domingo una excelente ocasión de testar el instinto ‘asesino’ de este jugador.
Elvira y Otaegui vinieron con el flotador bien colocado de casa
En principio, y salvo sorpresa mayúscula en forma de tarjeta de sesenta y pocos, no habrá ningún español en la lucha por el triunfo. Un cuádruple bogey dejaba fuera de juego a Nacho Elvira (-6) en el hoyo 3, y es una pena, puesto que el cántabro había comenzado con buen pie (birdie en el 2, el primero que conseguía esta semana en este par 5), y además, tras el accidente, siguió demostrando que su juego está en orden. Al menos, tendrá la ocasión de sacarse la espina del dichoso patinazo en ese complicado par 3.
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Por su parte, Adrián Otaegui (-8), la otra gran baza de la Armada al inicio del día, se quedaba algo corto en el intento de llegar hasta la zona caliente. El vasco ha dado demasiada ventaja esta semana en los pares 5, donde ahora mismo tiene un parcial de PAR, muy lejos del parcial de -7 en estos hoyos del líder, Syme, que por cierto, sólo ha firmado un bogey en tres rondas y encadena ya 47 hoyos sin borrón alguno en la tarjeta. También va a ser interesante comprobar si Adri Arnaus (-7) es capaz de darle continuidad a la gran remontada iniciada hoy (ha ganado cuarenta puestos). El top ten lo espera a sólo tres golpes de distancia…
