Aunque la vuelta extraterrestre de Jon Rahm no puede dejar lugar a demasiadas cábalas y ha desactivado cualquier intento de remontada al galope, lo cierto es que Sergio García (-6) salía hoy con toda la intención de arrimarse seriamente a la cabeza del Open de España. En su mente estaba llegar al menos al doble dígito bajo par, pero entregaba su tercer 69 consecutivo del torneo, registro a todas luces insuficiente para meterse siquiera de lejos en la pelea.
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El jueves y el viernes, tal y como quedó dicho y escrito, el resultado seguramente no hizo justicia al juego del castellonense. Este sábado, sin embargo, Sergio no arrancaba demasiado bien la vuelta. Algo irregular y alternando errores y aciertos. En este sentido, el hoyo paradigmático fue el hoyo 5: una gran salida, un segundo tiro muy defectuoso y un chipecito embocado desde el rough para birdie…
Un hierro 5 al draw de Sergio que explica algunas cosas…
No había manera, ni del derecho, ni del revés. El español había sentido un leve pinchazo en las costillas durante el calentamiento en la calle de prácticas y es posible que le afectara en el inicio de la vuelta. Después, a partir del hoyo 8, donde se quedaba a un dedo de hacer eagle desde la calle tras pegar un segundo tiro fantástico con retroceso incluido, comenzaba a jugar mucho mejor, pero ni por esas. Ni del derecho, ni del revés. La clave de su vuelta estuvo entre los hoyos 11 y 16, el tramo donde más se pareció al jugador del jueves y el viernes, pegando tirazos y pateando para birdie en cada green, pero en esta hora de la verdad el putter volvía a hacerse el remolón…
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El final de ronda, con sendos bogeys en los hoyos 17 y 18, sólo era la constatación del ‘quiero y no puedo’ que ha sido esta semana para el de Borriol en Madrid. No obstante, podemos seguir hablando del mismo Sergio García que ganó hace pocas fechas en Holanda. Lo suyo en el Club de Campo ha sido cuestión de detalles y de una acusada falta de don de la oportunidad, pero el perfil que ha mostrado en líneas generales no tiene nada que ver con ese Sergio mucho más apagado, inconsistente y dubitativo del verano.
La prensa no dice lo evidente porque sino le llama a capítulo el representante de García: no sabe patear, cualquier hándicap de primera categoría lo ve al instante. El resto es hablar por hablar.
Más conocimiento y menos payasadas de vídeos.
Tienes razón, pero tampoco hay que ser tan duro. Si trabaja más el putt y sigue dandole al juego corto, puede volver a jugar a un gran nivel. Hay que pensar también que el golf va cambiando y Sergio tiene ya 39 tacos. No va a cambiar mucho su manera de jugar. Eso sí, cuando se quere explicar lo que es un swing bien hecho se pone a Sergio. Es siempre un espectáculo verlo.