Inicio Grandes Circuitos La gratificante tarea de atornillarse bien la cabeza…
el año 2016 nos deja ilustrativos ejemplos de lo importante que es a día de hoy el trabajo emocional

La gratificante tarea de atornillarse bien la cabeza…

Compartir

No le demos muchas vueltas: para evolucionar o mantenerse en el golf profesional (también en el amateur) es necesario trabajar muy duro en el campo de prácticas. Juego largo, corto y putt. No hay otra. Es la base imprescindible, innegociable. Cada cual a su modo y medida, porque no hay una receta universal. Sin embargo, a partir de aquí existe al menos otra herramienta que se antoja de enorme importancia: el trabajo emocional o psicológico.

Viene a cuento el recordatorio especialmente cuando está apagándose el año 2016, un ejercicio que nos ha dejado abundantes e ilustrativos ejemplos de ello en el golf español. Demasiadas veces ocurre en nuestro país (cada vez menos) que se relaciona al jugador que acude a un psicólogo con alguien que está en problemas, en muchas ocasiones porque ciertamente es así, cuando en realidad este tipo de trabajo, de entrenamiento, debería resultar tan natural como la misma preparación física. En otras palabras: no hace falta encontrarse en un momento delicado para recurrir a esta ayuda. Si nos fijamos bien, ni siquiera es siempre necesario recurrir a la figura del psicólogo deportivo, puro y duro. Existen fórmulas diversas. Repasamos algunas.

El caso más impactante ha sido, sin duda, el de Rafa Cabrera Bello, cuyo salto cualitativo en 2016 ha sido espectacular. Y parte de su éxito se debe a su relación profesional con Scott Henry, iniciada en las últimas semanas de 2015, un entrenador mental que viene del mundo del snooker, que le ha ayudado a gestionar los momentos de máxima presión en competición.

Los resultados de Nacho Elvira también han dado un salto importante en 2016. Y el propio jugador ha reconocido en diferentes ocasiones que la diferencia la ha marcado el aspecto emocional, sobre todo. En concreto, la capacidad mejorada de centrarse sólo en lo que tiene delante. «No intentar salvar la tarjeta en enero o hacer un eagle antes de pegar el primer golpe desde el tee», como él mismo señalaba gráficamente a Tengolf. En el caso de Nacho este entrenamiento se ha basado en una labor conjunta de todo su equipo, comenzando por Pepín Rivero, su entrenador, y siguiendo por su preparador físico, Edu Serrano y su caddie, Diego Suazo, sin contar con la figura concreta de un psicólogo.

Jon Rahm, cuya irrupción en el mundo profesional en 2016 ha sido fulgurante, cuida también este aspecto del trabajo y lleva mucho tiempo trabajando con Joseba del Carmen, psicólogo deportivo. Además, Tim Mickelson, su entrenador en la universidad, ha fichado por Lagardere Sports, la compañía de representación del vasco, para ejercer de algo más que de mero entrenador técnico, parcela en la que Rahm mantiene su relación profesional con Eduardo Celles. Mickelson es su coach, su mano derecha. Su consejero en muchas parcelas, entre las que se cuenta por supuesto el aspecto emocional.

Pep Anglés, que sin tener los derechos de juego completos del Challenge Tour se las ha arreglado para ganarse una plaza en el European Tour en 2016, siempre le ha dado mucha importancia al control de las emociones en el campo. Lo considera vital. Y lo trabaja con naturalidad desde su época universitaria en Central Arkansas con Ryke Dismuke, un discípulo del psicólogo deportivo más famoso en el mundo del golf, Bob Rotella.

Otro caso llamativo ha sido el de Gonzalo Fernández Castaño, que se puso a trabajar en el primer trimestre del año con Arturo Tenacio, psicólogo deportivo. «Ni yo mismo me reconozco ahora en el campo», suele precisar a día de hoy el madrileño, que terminaba recuperando la tarjeta del PGA Tour en unas Series finales del Web.com cargadas de presión.

A Carlota Ciganda, triunfadora en una larga y exitosa recta final de la temporada en el LPGA Tour, la confianza en sus propias posibilidades, clave en su explosión, le ha llegado sobre todo de mano de su experimentado caddie, Terry McNamara, fichado en 2016. También su entrenador técnico, Jorge Parada, ha complementado bien el trabajo en este aspecto, consciente de que las carencias de la navarra iban mucho más por ese lado.

No podemos olvidar otro reciente fichaje. Alejandro Cañizares se ponía en manos de Lee Crombleholme  hace algunos meses, reputado psicólogo inglés especializado en golf que trabaja entre otros con Andy Sullivan, y está encantado con los resultados. Cañi obtenía su mejor y más suculento registro del año (fue 3º en el millonario Nedbank) precisamente en la recta final de la temporada, cuando ya llevaba tiempo con Crombleholme.