Hace seis meses, en el Dia de los Inocentes, 28 de diciembre de 2022, David Puig traspasó por primera vez con la bolsa al hombro las puertas de Valderrama. Venía invitado por el director general del club, Javier Reviriego, quien le animó a conocer el campo. Y por aquí anduvo el joven catalán tomando buena nota de cada particularidad (y hay muchas y variadas en Valderrama) y enfrentándose por primera vez a este exigente reto.
Pues bien, después de aquel primer test (estuvo conociéndolo y jugándolo dos días), Puig competía este viernes por primera vez en el recorrido de Sotogrande, anotándose un 74 bien trabajado. Hoy, en la segunda tentativa, entregaba una tarjeta de 66 golpes, registro que lo ha elevado a la décima posición, con un acumulado de -2 y a siete golpes del líder, Bryson DeChambeau (-9).
Y habrá quien piense o sospeche: de acuerdo, pero es que este Valderrama no es el de otras ocasiones, está un poco más ‘asequible’. ¿Seguro que es así? Podría discutirse al respecto, pero debe quedar rotundamente claro que en 24 torneos de alto o altísimo nivel competitivo que se han disputado en la historia de Valderrama, en diferentes versiones (Volvo Masters, WGC, Open de España, Andalucía Masters…), ya se dieron jornadas o semanas de mayor bonanza, aunque la tónica general siempre haya sido, incluyendo esta cita de LIV, de gran exigencia para el score de los jugadores.
Un 66 de Puig en la segunda tentativa, decíamos. Y es curioso, porque si nos ceñimos a los registros cosechados por el golf español en este campo, resulta que tan sólo encontramos en esos citados 24 torneos de alto nivel cinco tarjetas mejores. Desde 1988, primer año que Valderrama acogía una gran cita. Tres de 64 golpes, dos de ellas firmadas por Sergio García (2000 y 2018), señor de este feudo, y otra por Adrián Otaegui, hace unos meses, cuando lo arrasaba todo por estos lares en la última edición del Estrella Damm Andalucía Masters; y otras dos de 65 golpes, una de Miguel Ángel Jiménez (1994) y otra de Pepín Rivero (1990). Además de ésta de Puig, sólo encontramos otras seis tarjetas más de 66 golpes, dos de ellas firmadas por Sergio, cómo no, y otras cuatro con la rúbrica de Pepín Rivero, José Manuel Lara, Pablo Larrazábal y Álvaro Quirós.
Para alcanzar tal registro, en las condiciones que ustedes quieran, porque todas alcanzarán un estándar más que notable de dificultad, hay que hacer muchas cosas bien en este campo. Por ejemplo, nunca está de más arrancar con dos birdies, como ha hecho hoy David. “Ese comienzo me ha dado mucha confianza”, decía. Aunque ha sido el propio jugador quien concedía mayor importancia a esas otras situaciones más delicadas, en las que iba salvando muy buenos pares, apoyado fundamentalmente en su exquisito juego corto. “Salvar esos pares me parece tanto o más importante que los birdies en este campo, porque te mantienen dentro de la buena dinámica”, señalaba.
Se conocieron, Puig y Valderrama, un Día de los Inocentes. Pero hoy la inocentada se la ha gastado el joven español al legendario recorrido de Sotogrande. ¿Y mañana? Eso son palabras mayores. Mañana será otro día, pero es legítimo pensar que David Puig pudiera alcanzar mañana su mejor resultado en LIV Golf, que data precisamente de su anterior comparecencia, en Washington, donde terminaba duodécimo.
