Esta semana se disputa en el LPGA Tour el Dana Open Presented By Marathon y no, no es una semana más. Es la semana en la que vuelve a competir Azahara Muñoz después de ser madre. Este jueves cuando pinche la bola en el tee del 10, su primer hoyo, se habrán cumplido exactamente 291 días desde el domingo del Pelican Women’s Championship, su último torneo. Del 14 de noviembre de 2021 al 1 de septiembre de 2022. Hay una mezcla inevitable de ilusión, ganas y mariposas en el estómago.
La malagueña ha atendido a Ten Golf unas horas antes de su regreso, ya desde Ohio, donde se disputa el campeonato, y su voz desprende emoción, entusiasmo y también su razonable cuota de nervios. «Estoy con ganas, pegándole muy bien a la pelota, no he competido en mucho tiempo, pero no importa. No quiero tener expectativas. Estas cuatro semanas que voy a jugar aquí es un proceso de aprendizaje. Estoy entrenando bien, físicamente estoy bien, así que no tengo excusas», asegura. Como ven, el listón de la exigencia de la golfista de San Pedro de Alcántara no ha bajado un ápice.
Sea como fuere, y aunque nunca hay que descartar nada en este deporte, los torneos que va a jugar Azahara de aquí a final de año son más de adaptación que otra cosa. Hay muchas novedades y toca ir asimilándolas poco a poco. La primera de todas es viajar con el niño. El pequeño Lucas, cómo no, está en Ohio y hay que organizarse de otra manera. «Ayer (por el lunes) dormí muy mal. Tenía la cabeza a mil, lo que necesitaba el niño para la guardería, organizar los horarios, lo que hay que dejarle, cuadrar los entrenamientos, las comidas… Ojalá fuera sólo esa noche, pero obviamente todo cambia. Es un poco más estresante porque hay que hacer y pensar en muchas cosas. Antes era sólo yo y nada más. Ahora es todo. Esta semana, por suerte, me está ayudando Tim aquí (su marido). Hoy, por ejemplo, estaba muy cansada y no he ido al gimnasio por la tarde, algo que habría hecho en cualquier otro torneo. Sí, estoy más cansada y no voy a tener tanto tiempo para mí, pero se compensa con la ilusión y lo contenta que estoy de estar viviendo esto. Es un proceso de aprendizaje», asegura.
La otra novedad es que Azahara va a ‘estrenar’ swing en la competición. Lleva meses trabajando con Edo Miquel, entrenador chileno que trabaja con Joaco Niemann y Mito Pereira. En ese sentido, la golfista andaluza tiene muchísimas ganas de probar sobre el terreno, donde se reparte el bacalao, las buenas sensaciones que tiene en el campo de prácticas. «Le estoy pegando muy bien, me gusta por dónde van las cosas y estoy un poco nerviosilla por ver cómo funciona todo en la competición», aclara.
Otro aspecto que mantiene a Azahara con los pies de plomo es ver cómo responde su cuerpo a jugar 18 hoyos. «Sólo he jugado una vez 18 hoyos hace dos o tres meses, así que no sé cómo va a ir. El lunes entrené nueve hoyo y fue bien, veremos cómo respondo en la competición», señala.
De momento, quien se lo está pasando de lujo es el pequeño Lucas. «Lo hemos llevado a la guardería. Es el único bebé y era como el juguete nuevo, todos muy pendientes de él, se ha portado muy bien. Se lo ha pasado fenomenal. Me han pasado unas fotos y se le ve feliz, muy contento», apunta.
Por lo pronto, hoy no tendrá que jugar el Pro Am, por lo que será una aproximación al torneo más tranquila. Azahara saldrá a jugar el jueves a las 8:48 hora local, 14.48 en la España peninsular. Sus compañeras de partido son Min Lee y Cydney Clanton. Además de Azahara, esta semana compiten también las españolas Carlota Ciganda y Fátima Fernández Cano.
