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Entrevista con Marta Sanz tras asegurar la tarjeta del Ladies European Tour

La lección que Marta Sanz se lleva de 2021 y que puede servir a todos

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Marta Sanz.

No es persona de andarse con muchos rodeos para explicar sus cosas. Marta Sanz es directa y clara, sin dobleces, sin imposturas, sin subterfugios. Si algo le gusta, lo dice. Si algo no le gusta, también. El año 2021 ha estado bastante lejos de gustarle. Podríamos decir que casi ha estado en las Antípodas de bueno. «Ha sido un año de mier…», sentencia a Ten Golf.

Hace tres días cerraba la temporada con una buena actuación en la Escuela. Superó la semifinal en La Manga sin problemas y se metió la tarjeta en el bolsillo con duodécimo puesto en la final, cimentado en una gran vuelta de 68 golpes en la tercera jornada. Un fogonazo en un año oscuro donde no logró su gran objetivo de la tarjeta del LPGA, aunque sí consiguió mantener sin grandes sobresaltos sus derechos de juego completos en el Symetra Tour.

Marta esperaba muchas más vueltas de 68 golpes en 2021. Se sentía preparada para ello, había trabajado mucho y estaba convencida de que había subido un escalón en su juego tras un 2020 en el que aprovechó la pandemia para afilar su golf. ¿Qué pasó? ¿Qué pudo fallar? La madrileña lo tiene claro. Se estrelló contra un viejo y recurrente fantasma de su deporte: las expectativas.

«Acabé muy bien en 2019, gané un torneo en el Symetra y me quedé muy cerca de la tarjeta. En 2020 entrené muy bien durante el parón por el coronavirus. Aproveché para afinar cosas que en mitad de una temporada normal es muy difícil. Mejoré mucho mi golf. Amplié mi abanico de golpes alrededor de green y perfeccioné la sacada de búnker. Puede parecer que no es mucho porque no vamos tanto a la arena, pero si te quitas uno, dos o tres golpes por semana ya te digo que en una temporada es mucho… Estaba muy contenta y zas… Manejé muy mal las expectativas. Lo que nunca puedes hacer en golf ni en la vida, lo hice yo. No me di tiempo a que llegaran los resultados. Me machaqué a mí misma y me metí en un agujero del que no supe salir porque mi tres primeros torneos no habían sido como yo esperaba», explica.

Es la gran lección que ha sacado la golfista del RACE en 2021. Es lo que va a intentar que no le vuelva a ocurrir, ya que el golf sigue estando ahí, mejor que nunca en su carrera, más larga, más sólida, más completa. «El golf es como la vida. Te está esperando para darte el golpetazo cuando te vienes arriba. Precisamente porque estoy mejor preparada es por lo que tengo que dar más tiempo a que salgan las cosas», apunta. Su actitud no deja lugar a la duda. «Voy a trabajar mucho, me voy a preparar lo mejor posible, iré a full con mis objetivos, pero con la tranquilidad de que tenemos un año entero por delante para conseguirlo. No pasa nada si no he resuelto el año en los tres primeros torneos. Tranquilidad», insiste.

Marta tiene clara la receta para llevar a éxito su plan de jugar en el LPGA Tour. «Ahora que vienen las Navidades me voy a hinchar a comer polvorones de paciencia. Necesito cargar bien la reservas para toda la temporada. Es el gran objetivo», asegura. La pequeña de las hermanas Sanz va a trabajar con especial mimo y dedicación la parte mental en esta pretemporada invernal. Lo hará de manera autodidacta porque sabe que tiene los recursos para hacerlo. «Siempre he pensado que necesitas una gran conexión con un psicólogo para que realmente te pueda ayudar. Yo de momento no lo he encontrado, pero tengo mis herramientas y las utilizo. Hablo mucho conmigo misma y me ayudan un montón las conversaciones con mi hermana. Son muy interesantes porque ella sabe perfectamente por lo que puedo estar pasando en casa momento. Lo hago a mi manera y sé que me puede ir bien», asegura.

El objetivo en 2022 vuelve a ser el mismo. Marta es tenaz como pocas y nadie la va a sacar del camino. Va a centrar su temporada en el Symetra Tour con el objetivo de acabar el ranking entre las diez primeras y conseguir la tarjeta del LPGA. También jugará en el Ladies European Tour, para eso se sacó la tarjeta en la Escuela, pero sólo cuando el calendario del Symetra se lo permita. Su prioridad está clara y ella se ve preparada para el salto. «Hice unos cambios claves en 2020 que me han venido muy bien. He ganado distancia, casi un palo, prácticamente 10-15 yardas con el drive y lo noto. Voy a seguir ganando distancia. El plan es seguir trabajando en el gimnasio y también ganar algún kilito de peso, aunque de manera saludable. La física no miente. La velocidad es masa por aceleración y a mí me vendría bien un poco más de masa. Siempre he sido muy finita, así que algún kilo más no me vendrá mal, sin pasarse», explica. Es decir, toneladas de polvorones de paciencia… y también alguno que otro de almendra.

En esa distancia que ha ganado juega un factor importante un cambio técnico que realizó con Antonio Barquero, su entrenador. «Además de la velocidad de palo, es importante el ángulo de ataque a la bola. Yo tenía un ángulo negativo de dos o tres grados hacia abajo y los grandes pegadores tienen ángulos positivos de dos o tres grados, como por ejemplo Dustin Johnson. Ahora ya le estoy pegando hacia arriba», afirma. Hacia arriba como su golf y como su confianza. 

Marta no sale del camino. «He subido mi nivel de golf y estoy convencida de que saldrá, acabará saliendo, aunque para ello hay que tener paciencia…».