Amy Yang es tozuda. Sabe que quien la sigue la consigue y si no fue a la tercera, será a la cuarta la vencida. La coreana se está mostrando intratable en este US Open. No le esperaba un sábado fácil, saliendo en el partido estelar y junto a una siempre implacable Stacy Lewis. Pero Amy aguantó el tipo. Salió con tres golpes de ventaja y se acostó con otros tantos, firmando su tercera vuelta en el Old course de Lancaster por debajo de 70 golpes.
Ninguna jugadora se merece tanto ganar el US Open como Yang. Es la cuarta vez en los últimos seis años que saldrá el último día del torneo en el partido estelar. Se dice pronto. La estadística es impresionante. Lo hizo en 2010, en 2012 y en 2014. Se lo merece. Aunque le queda el peor tramo del camino, el puerto de primera categoría. Tendrá que luchar contra Lewis y, sobre todo, contra sus fantasmas. Aquellas tres veces deben pesar lo suyo, aunque aún sea muy joven (25 años).
Yang se mueve a ritmo de récord en este US Open. Debe ser que llegó a la conclusión que o era la mejor de todos los tiempos o nunca ganaría este major. Sus 202 golpes después de tres jornadas es la segunda mejor marca de la historia y ahora tiene a tiro establecer el mejor resultado ganador de siempre. El registro a batir es 272. Para superarlo, Yang tendría que hacer 69 golpes. Prácticamente nadie duda de que haciendo 69 golpes se mete el US Open en el bolsillo. Más que nada porque obligaría a Stacy Lewis a hacer 66 para forzar el desempate y el recorrido de Lancaster no está ya como para hacerle alegremente 66 golpes. Ayer fue el día que menos vueltas bajo par se vieron y hoy se espera una vuelta de tuerca, salvo que la USGA, al estilo Chambers Bay, nos vuelva a sorprender a todos con una preparación más sencilla, más corta y con banderas más asequibles.
¿Será un mano a mano entre Yang y Lewis? Si ambas mantienen su sensacional ritmo de juego parece imposible que nadie se pueda meter en la pelea. Eso sí, si flaquean, hay un ejército por detrás encantado de dar la sorpresa. En la tercera posición hay una invitada sorpresa. Se llama In Gee Chun y está a cuatro golpes de Yang. Disputa su primer US Open. Nadie ha sido más certera que ella en los tiros a green. En tres días se le han escapado sólo seis greenes. Tremendo. Un golpe más atrás está Shiho Oyama y en -2 aparecen algunas candidatas con las que necesariamente hay que contar. Tienen capacidad de maniobra y mucho birdie en sus manos. Hablamos de Michelle Wie, que está haciendo un esfuerzo sobrehumano en este US Open, jugando con una lesión en la cadera y terminando cada vuelta cojeando. Y, sobre todo, Inbee Park. Aún no ha conseguido una vuelta muy baja. Es la Número Uno del mundo y si el putt le funciona puede poner el campo patas arriba una hora antes de las líderes.
El US Open es una batalla entre Asia y Estados Unidos. Europa no ha sido protagonista. La primera europea es la sueca Pernilla Lindberg, puesto duodécimo, al PAR. Mientras que después aparecen Laura Davies y la española Azahara Muñoz. La malagueña se encuentra con +2, a tres golpes del top ten, con fuerza y ganas de hacer aún algo interesante. Necesita meter más putts. De tee a green sigue entre las mejores del torneo, pero ha tirado, por ejemplo, ocho putts más Amy Yang. La diferencia es notable. Si mete la quinta velocidad en los greenes, no andará lejos del top ten.
