Hace apenas tres semanas, Lauren Coughlin (-14), jugadora de 31 años, no sabía lo que era ganar en el LPGA, tan solo tenía un triunfo en el Epson Tour y lo había logrado hace siete años. Pues bien, veintidos días después de estrenarse en el circuito norteamericano, la estadounidense repite triunfo y se lleva el ISPS Handa Women’s Scottish Open. Por supuesto, es la victoria más importante de su carrera hasta el momento.
Lo ha hecho con autoridad. Salía empatada en cabeza con una Megan Khang (-9) que no ha sido capaz de jugar bajo par. Lauren con una más que suficiente tarjeta de 69 golpes se ha impuesto en Dundonald Golf Links por cuatro de distancia a la alemana Esther Henseleit, que suma su segundo puesto consecutivo tras la plata olímpica de hace siete días.
Ha ganado con mucha autoridad la norteamericana que, aunque empezaba con dos bogeys (hoyos 2 y 4), nunca vio peligrar su victoria. Dos birdies en el cinco y en el siete le devolvían la tranquilidad y sellaba la victoria con otros dos aciertos en el catorce y en el quince. El putt de birdie de seis metros en el hoyo final ha sido un regalo que se ha hecho la propia jugadora estadounidense para dejar claro quien ha sido la dueña y señora del torneo. Con este triunfo se mete en el top 20 mundial por primera vez en su carrera y se embolsa 360.000$ en su cuenta corriente.
A dos golpes de la alemana Henseleit han terminado la campeona del Evian, Ayake Furue (-9) y la propia Megan Khang. Gabriela Ruffels (-7), Jin Young Ko (-7), Charley Hull (-7), Sarah Schmelzel (-6), Lydia Ko (-5) y la española Nuria Iturrioz (-3). Un top ten de mucho postín.
Hace apenas seis meses, Lauren Coughlin no era una golfista que atrajera los focos mediáticos. Apenas contaba con tres top ten en más de ochenta apariciones en el circuito norteamericano y había fallado el corte en ocho de los diez Majors que había jugado. Este año todo ha cambiado. Tercer puesto en el Chevron, cuarto en el Evian y otras tres apariciones entre las diez mejores del año y, por supuesto, la victoria en Canadá de hace veintidós días y la de este domingo. Entre victoria y victoria ‘solo’ pudo quedar novena en Portland. Poca cosa.
Por supuesto, es de las jugadoras que más en forma llega a la Solheim Cup del mes que viene, en la que tiene un puesto más que asegurado y que se celebra en Virginia, donde precisamente estudió.
En esa misma clave Solheim, a Esther Henseleit ya no hace falta que nadie le invite. Se lo ha ganado a pulso ella sola. Era la primera reserva tanto por la lista de puntos de la Solheim como por ranking mundial. Ahora está dentro por cualquiera de las dos. Esto hace que Linn Grant pase a ser elegida por la categoría de ranking mundial y sea Georgia Hall la que tenga que ser elegida por Suzann Pettersen. No parece que de todos modos peligre el puesto de la inglesa en el equipo. Hall todavía tiene la oportunidad de recuperar su trono la semana que viene en el AIG Women’s Open. Es el último torneo valedero para la clasificación a la Solheim.
El de Coughlin y Henseleit no deja de ser el de dos fenómenos que aportan un toque muy atractivo a la Solheim. Tal y como se ha venido analizando, ambos equipos mantendrán estructuras muy similares y tiene su punto interesante el hecho de que dos de las jugadoras que llegan en mejor forma no solo no jugaron el año pasado si no que van a debutar en la competición.
La mejor española en Escocia ha sido Nuria Iturrioz que, a pesar de haber firmado este domingo una tarjeta de 73 golpes, termina el torneo en un más que meritorio top ten. La impresionante tercera ronda de la balear (66 golpes) le ha permitido sumar un gran resultado, subir doce puestos en la Orden de Mérito del Ladies European Tour y meterse dentro de las cincuenta mejores de la temporada. No está siendo el año más brillante de la jugadora de Son Servera, pero sin duda que este resultado le da mucha confianza para el tercio final de temporada.
Marta Martín (+4) ha entregado un tarjeta final de 72 golpes para terminar en el puesto 32 y Ana Peláez (+7) ha terminado finalmente 48ª.
