Inicio Grandes Circuitos “Me quedo con la alegría que le he dado a mis padres…»
Entrevista con Jon Rahm | Balance de cuatro años inolvidables y análisis del US Open

“Me quedo con la alegría que le he dado a mis padres…»

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Jon Rahm acaba de hacer una entrevista con Golf Channel y pone rumbo al aeropuerto para regresar a su casa en Arizona State. Su extraordinaria carrera como amateur ha terminado, antes de lo previsto, eso sí, porque escuece la espinita de no haber podido meter a su universidad entre los ocho mejores de la gran Final de la NCAA. Poco se puede reprochar quien lo ha dado todo y ha acabado tercero, pero el sabor amargo no se lo quita nadie. La Universidad es algo más que un equipo, es la segunda familia.

Rahm atiende a Tengolf en algún punto de Oregón y hace balance de cuatro años espléndidos. Parece que fue ayer cuando entraba en Arizona State para convertirse en un Sun Devil para toda la vida. Entró como un niño impetuoso, con ganas de comerse el mundo y con algún que otro miedo, cómo no, y sale como Número 1 del mundo, con muchos focos apuntando hacia él y con el US Open de Oakmont a la vuelta de la esquina. Han sido cuatro años vividos a una velocidad de vértigo y con una progresión prodigiosa. No es fácil pasar por el tamiz tantas experiencias, pero Rahm lo intenta y tiene algunas cosas muy claras.

La sensación tras la Final de la NCAA… «Agridulce. Es dulce porque he jugado bien y he acabado tercero, que creo que es un buen resultado, pero agria porque no hemos sido capaces de clasificar al equipo entre los ocho primeros. Quería hacer una buena vuelta el último día para contagiar confianza a todos, pero el doble bogey del 16 y el bogey del 17 me frenaron en seco. Tampoco tuvimos suerte porque a la hora que salimos a jugar nosotros (últimos partido del día) sopló el peor viento posible en los hoyos 14, 15 y 16, justo cuando pasamos nosotros y ahí nos cargamos. Son hoyos que sin viento son de drive y pitch y con viento eran muy difíciles. Tengo la sensación de que me faltó meter algún putt más cada día para haber podido luchar por la victoria».

Un balance a vuela pluma de cuatro años inolvidables… «Obviamente han sido cuatro años muy positivos. Llegué a Arizona State siendo un chaval bastante agresivo, con un gran juego corto y fuerte mentalmente y ahora se me conoce más por el juego largo que otra cosa. Tengo buenas manos y un buen juego largo. También me quedo con cómo he crecido como persona en el campo de golf. Yo siempre he hecho muchos birdies, este mismo año en la liga universitaria he hecho más birdies que nadie, pero también cometía muchos errores y eso he conseguido corregirlo. Era mi problema y ahí he tenido una evolución muy buena».

De qué se siente más orgulloso como jugador en estos cuatro años… «(Se lo piensa unos segundos) De la progresión esta temporada. Llegué el pasado verano a la universidad después de un año muy bueno y no era fácil repetir… Al final, este año ha sido incluso mejor y me siento muy orgulloso por eso».

Y eso cómo se consigue, qué hay que tener en el disco duro… «Creo que es una cuestión de tener los objetivos claros, de ambición y de tener muchísimas ganas de seguir mejorando. Siempre quiero ser mejor. Siempre he tenido claro que donde estoy ahora no era mi objetivo final. Yo lo que quiero es ser jugador del PGA Tour y sé que no puedo parar de seguir trabajando si quiero llegar a ese nivel».

Y de lo que está más orgulloso en el aspecto personal… «(Se lo piensa menos que antes) Me quedo con la Graduación. Es algo muy importante como persona, se lo debía a mis padres y me quedo con la alegría que les he dado por haberlo conseguido».

El calendario próximo sigue siendo una incógnita… «Juego el US Open en Oakmont y después ya veremos. Hay algunos torneos por ahí en los que creo que podré jugar, pero todavía no puedo confirmar nada. Hay que esperar. Imagino que cuando pase el US Open lo tendremos más claro».

El US Open de Oakmont… «Tengo muchas ganas de volver a jugar el campo tras las rondas de prácticas que hice unas semanas atrás. Mantengo lo que dije en su día. Es un monstruo. Sé que vamos a jugar el campo más difícil del mundo esa semana. Estando allí nos dijeron que los greenes estarían a 15 y los antegreenes a 13… Así que va a ser un infierno en toda regla».

Desenmascarando a la Bestia… «No tiene ni un solo momento de descanso. Todos los tiros son tensos. Todos, todos. Te obliga a pensar desde el tee, a pensar en los tiros a green, a pensar en los greenes… Es cierto que llego mentalmente fuerte y eso es una ventaja, pero es un campo muy duro».

Expectativas para el US Open… «Sé que tengo menos experiencia que muchos otros, pero también es cierto que voy a llegar muy contento y con menos presión. No tengo nada que perder, así que espero poder jugar sin miedo, algo que no es nada fácil por el campo, que no ayuda, y a tratar de divertirme. Iré a jugar lo mejor posible. El gran objetivo es conseguir la tarjeta del PGA Tour después en los torneos que juegue del circuito americano, así que el US Open me lo tomo como un gran premio de final de carrera y espero que sea una semana divertida, con mi familia, mis amigos, gente que viene a verme…».

El consejo de Phil Mickelson para Oakmont… «Hablé con él y me dijo que la clave para jugar bien en Oakmont es pegar desde el tee 280 yardas y recto… También he hablado con otros jugadores y todos coinciden en que lo más importante es evitar los grandes números. Todos vamos a hacer bogeys, pero hay que intentar no cometer dobles bogeys. De todos modos, cada uno tiene su manera de jugar y lo que hay que hacer es tratar de adaptar mi juego de la mejor manera posible al campo. Eso es lo que voy a intentar».