Enrique Marín disfruta esta mañana de unas pocas horas de asueto en el imponente completo hotelero de Egipto que acoge las dos primeras pruebas del Alps Tour. Se encuentra al sur de Suez, a poco menos de una hora en coche, con vistas al canal que une el Mediterráneo con el mar Rojo. Las vistas no son malas, ni mucho menos, pero se disfrutan mucho más cuando tienes bajo el brazo el tercer puesto cosechado ayer en el primer torneo de la temporada. Fue el mejor español a tres golpes del italiano Stefano Mazzoli.
Resultados finales del Ein Bay Open 2022
Marín, natural de Sotogrande y en su temporada de debut como profesional, ha sido el primer español en golpear en el Alps Tour en 2022. Y ojo porque la historia más reciente dice que esto es mucho más que una anécdota. En 2019 el mejor español en el estreno del Alps fue Sebastián García Rodríguez y en 2021 fue Ángel Hidalgo. Ambos acabaron cuartos en esos primeros torneos del año y ya sabemos cómo terminaron sus historias, con ascenso al Challenge Tour por la vía rápida.
Enrique apura sus horas de descanso antes de meterse una buena sesión de approach y putt por la tarde. «Esta semana no hay turismo porque no hay mucho que ver alrededor. La semana que viene sí porque vamos a Ghiza y podremos ir a las pirámides», asegura a Ten Golf.
Eso sí, que nadie piense que el golfista andaluz ha ido a Egipto de vacaciones. Basta ver su rendimiento en el primer torneo. «Estoy muy contento con el tercer puesto. Ha sido un poco inesperado, aunque también creo que es el fruto de un muy buen trabajo hecho este invierno. Tanto desde el punto de vista físico como en la parte técnica con José Carlos Gutiérrez hemos hecho una buena preparación y se ha visto reflejado. Intuía que antes o después iba a venir un buen resultado», explica.
Enrique Marín tiene una trayectoria como jugador amateur brillante. Ha cosechado un sinfín de buenos resultados y ha dejado también su impronta en Estados Unidos, con unos cuantos reconocimientos en la Universidad de Idaho. Sin embargo, él sabía que debía dar un paso adelante el pasado invierno y lo consiguió con un trabajo concienzudo. «He mejorado mucho en los golpes de entre 100 y 120 metros y he ganado consistencia con el drive. Le pego más fuerte y cojo más calles. Esas son las dos áreas donde más he mejorado. Esta semana me he visto muy bien», apunta.
Su equipo de trabajo está compuesto por José Carlos Gutiérrez, Marc Parry, que lleva la parcela física y un psicólogo de Estados Unidos con el que empezó a verse cuando estaba en Idaho y que ha recuperado en los últimos meses. Precisamente, le da mucho valor a la experiencia en Estados Unidos. «Me vino muy bien en lo personal y en lo profesional. Estuve desde 2015 a 2019 y crecí mucho. Me encanta la cultura americana y la manera que tienen de entender el deporte. Fue una experiencia increíble, especialmente porque aprendí a manejarme solo en muchos aspectos de la vida», explica. Imaginen el valor que tiene algo así cuando estás en Egipto entre un torneo que acabó ayer y otro que empieza el próximo domingo…
Marín se toma el golf sin prisa, pero sin pausa. Es su primer año completo como profesional y sabe que tampoco sirve de nada correr más de la cuenta. Paso a paso, pero firme. «No me he planteado mucho los objetivos, pero sí, claro, lo ideal sería poder acabar entre los cinco primeros el año en el Alps y así ascender al Challenge Tour. Ojalá llegue eso, pero mientras tanto prefiero centrarme en el proceso y hacer las cosas poco a poco», señala.
Por la presión no se preocupen demasiado. Enrique ha sido uno de los mejores jugadores amateurs de España en match play en los últimos años y eso imprime carácter. Es la modalidad más tensa. «Es cierto que sentí la presión esta semana tras colocarme arriba, pero me gusta, es una sensación que disfruto y con la que me encuentro cómodo», afirma.
En ese sentido, tiene un gran espejo donde mirarse. Se trata de Ángel Hidalgo. «Es amigo íntimo y siempre jugamos mucho juntos en Sotogrande. Su progresión ha sido increíble y seguir sus pasos, o incluso hacerlo mejor, es una motivación enorme», explica.
El domingo empieza el segundo torneo. Se juega en el mismo complejo, aunque sólo repiten nueve hoyos. «Del 10 al 18 serán los mismos del primer torneo, el recorrido B, pero cambian del 1 al 9, que pertenecen al recorrido C», desvela. En cuanto al juego, se conforma con mantener esa misma consistencia y seguir pateando igual de bien. «Hay jugadores a los que les está costando leer los greenes porque tienen mucho pelo, pero a mí se me han dado bien. Me gusta la bermuda y me encuentro cómodo. La clave para mí es tirar los putts largos con más caída de la que veo y a intentar morir en el hoyo y, sin embargo, los putt cortos tirarlos firmes», argumenta.