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El último ejemplo que revela el ADN ganador de Phil Mickelson

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Phil Mickelson © PGA Champions Tour
Phil Mickelson © PGA Champions Tour

Con tres victorias en sus cinco primeros torneos como jugador del PGA Champions Tour, el circuito senior estadounidense para mayores de 50 años, Phil Mickelson ha dejado claro desde el principio que su plan en esta nueva etapa de su carrera sigue siendo exactamente el mismo de siempre: ganar todo lo que pueda y más. Pero no de cualquier manera sino a su estilo, pegando siempre el golpe con el que se sienta más cómodo, el que crea que puede acercarle más al triunfo independientemente de lo que piensen los demás.

Esta forma de actuar, siempre llevando su juego al límite y esquivando el conservadurismo, le hizo perder algunos torneos, varios de ellos importantes (como aquel US Open de 2006…), pero también ganar muchísimos otros. Su palmarés, con 45 títulos del PGA Tour, incluidos seis majors e innumerables victorias más por todo el mundo, así lo demuestra. Aunque a veces, como le ocurrió el pasado fin de semana en el Dominion Energy Charity Classic, tenga que enfrentarse a situaciones complicadas y algunas críticas.

En esta ocasión, después de decir en la previa que coger las calles era poco menos que «irrelevante». Una afirmación que le pasó factura en un punto concreto del Country Club de Virginia, el hoyo 9, un par cinco de 547 yardas del que salió con un cuádruple bogey el sábado, en la segunda ronda, tras un fuera de límites, y otro cuádruple bogey el domingo, en la tercera y última. «Dijo que era irrelevante coger las calles y los dioses del golf le han respondido», comentó un usuario de Twitter al que Phil no dudó en responder…

«Probablemente estuvo un poco fuera de lugar esa afirmación», reconoció Mickelson, aunque más tarde, respondiendo a otra publicación, explicó con detalle el motivo por el que había arriesgado jugando con el driver los dos días. Una aclaración que desvela, una vez más, en qué consiste su ADN ganador. «Dijiste que coger calles es irrelevante, pero encontrar tu bola no lo es, ha una gran diferencia», comentaron en las redes antes de que llegara la respuesta definitiva del golfista de San Diego.

«Esa es exactamente mi forma de verlo. Yo quiero ganar», confesó Phil. «No me preocupa en absoluto cualquier otro resultado final. Si le pego largo al driver y estoy de 30 a 50 yardas más cerca del hoyo que mis rivales, puedo aprochar con un hierro 9 o un wedge mientras ellos tendrán que usar un 5 ó un 6. En tres rondas, esto hace que yo pueda ganar la batalla. Y sí, si le pego mal, perderé, pero me gustaría tener el control del resultado», explicó Mickelson con detalle.

Esta vez, intentar aprovechar su mayor distancia con el driver respecto a la gran mayoría de rivales a los que se enfrenta en el Champions Tour no le dio el resultado esperado. Pero después de sus explicaciones, parece claro que seguirá apostando por esa misma estrategia, basada en el riesgo desde el tee para dejarse hierros cortos o wedges sobre los que tiene mayor control, siempre que entienda que la recompensa puede ser la victoria. Porque ganar es y será siempre el único resultado que le vale en cada torneo que participa, sea del circuito que sea. Así es Phil Mickelson