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Miguel ya tiene su rincón en el Olimpo junto a Seve

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Miguel Ángel Jiménez posa con la Jarra de Clarete en el mítico Swilcan Bridge de St Andrews.
Miguel Ángel Jiménez posa con la Jarra de Clarete en el mítico Swilcan Bridge de St Andrews.

No sabemos si Miguel Ángel Jiménez se habrá acordado de Seve justo antes de tirar el delicadísimo putt de par de tres metros y medio que tenía en el hoyo 17. Lo que sí tenemos claro es que lo ha metido exactamente igual que hubiera hecho el genial golfista cántabro. Ha sido el putt perfecto, con temple, con mimo, cayendo de derecha a izquierda, rompiendo en la última vuelta para caer mansa al hoyo y dejar visto para sentencia el Senior Open Championship.

Jiménez se ha hecho un hueco en el Olimpo del golf, en St Andrews, en el Old Course, en el Open, en la cuna, donde todo empezó. Un rincón junto a Seve, el primer y único español que había conseguido ganar hasta hoy en el Old Course hace ahora 34 años. El golf español ya tiene la segunda Jarra de Clarete, la versión Senior, obviamente no es tan valiosa como la de Ballesteros, pero tiene un sabor muy parecido y es exactamente igual de emotiva. Miguel lo gana además la primera vez que el Senior Open se juega en el Old Course. Más historia, imposible.

Hay pocos golfistas que encajen mejor con el trofeo del Open. Elegido por aclamación popular el jugador más ‘cool’ del mundo, se hace fácil imaginar a Jiménez sentado en un sillón de la terraza del Royal and Ancient con una copa de vino en la mano, haciendo círculos de humo al aire con su puro y acariciando la Jarra de Clarete. Definitivamente, Miguel y el golf están en paz, si es que alguna vez no lo estuvieron.

VÍDEO: Así celebró Jiménez su victoria en el Senior Open de St. Andrews

No ha sido una victoria fácil, aunque por momentos pareció que se lo llevaría de calle. El día arrancó complicado, con viento y algo de lluvia. Hubo que lidiar con unas condiciones pesadas y picantes, aunque en ningún caso se puso el tema tan fiero como ayer. Precisamente, cuando peor pintaba el panorama, mejor le iban las cosas a Miguel. De hecho, en el hoyo 14 dio la sensación de que iba a dar el toque de gracia al torneo.

Jiménez dispuso de un putt de birdie de un metro para colocarse con cuatro golpes de ventaja y cuatro hoyos a jugar. El torneo estaba casi en el bolsillo. Sin embargo, jamás hay que vender la piel del oso antes de cazarla. Aún había que sufrir. Se escapó ese putt y volvió a fallar uno muy corto de par en el 15. De repente, de pensar en cuatro golpes de margen, pasó a tener realmente sólo uno y tres hoyos por delante, ya que Bernhard Langer, guerrero como pocos, había hecho birdie en el hoyo 15. Sudores fríos.

Jiménez: «Ganar el St. Andrews es un sueño, no puedo pedir más»

Era el momento de apretar los dientes y jugar con cabeza, y es lo que hizo Miguel. Metió un putt de par muy bueno en el hoyo 16 de unos 90 centímetros. Era un golpe sencillo en teoría, pero viniendo de los putts del 14 y del 15 había que meterlo. Y después llegó el momento clave del hoyo 17. Su salida por encima del hotel fue majestuosa. Tiró por la izquierda para dejarse el mejor ángulo posible y recortar metros. Tenía 150 a bandera. La bola le salió un poco por la izquierda, pero pasó el búnker y se fue a la zona de escape que separa el green del 17 del tee del 18. Desde ahí, optó por patear. No era fácil y no fue la mejor lectura del día, ni mucho menos. Se quedó muy corto y se acabó dejando un putt de tres metros y medio para par. Había que meterlo sí o sí para mantener el golpe de ventaja, y así fue.

VÍDEO: El putt del 17, clave en la victoria de Jiménez en St. Andrews

Superado el momento más delicado, el hoyo 18 fue como coser y cantar. Pegó el drive apuntando al tee del 1 y se dejó un approchito corto a bandera. Jugó a la zona segura, larga y a la izquierda de la bandera y firmó dos putts rutinarios. Ni siquiera marcó su bola antes de tirar el de par. Quería acabar ya. Quería verse ya como campeón del Senior Open Championship en St Andrews. Gigante. Ganó con un total de -12 y una vuelta final de 69 golpes.

El destino ha querido que Jiménez gane en el Old Course como hizo Seve, también con -12 en el total de los cuatro días, y con Bernhard Langer en segunda posición, como ocurrió también en 1984. No había un testigo directo más prestigioso que el jugador alemán. Más empaque si cabe para una victoria histórica que sitúa a Jiménez en el Olimpo del golf. Es su segundo grande esta temporada tras el Regions Tradition. La leyanda continúa.

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