El PGA Tour no ha tardado en explicar su postura sobre la decisión del R&A y del PGA Tour de hacer que la bola vuele menos a partir de 2028. Como ya saben, el principal cambio se ha realizado en las pruebas que se realizarán en las bolas de golf para determinar si son conformes o no para ser utilizadas tanto en el golf profesional como aficionado. La diferencia es que antes se pegaba a las bolas en los tests a una velocidad de palo de 120 millas y ahora se realizarán a 125. Para ser conformes las bolas no deben superar las 317 yardas de distancia con un margen de error de tres yardas. Si se pega a más velocidad y la distancia máxima es la misma, obviamente la bola debe volar menos para ser conforme.
Pues bien, el PGA Tour ha emitido un comunicado donde explica que esas cinco millas de diferencia con «desproporcionadas». En este sentido, han confirmado que seguirán expresando su opinión al Royal and Ancient y a la USGA de común acuerdo con los jugadores, aunque no aclaran si adoptarán la nueva bola o no en sus torneos a partir de 2028. Obviamente, queda mucho todavía para la aprobación de esta nueva medida y confían en cambiar el criterio en este tiempo. Por otro lado, agradecen que tanto el R&A como la USGA haya adoptado algunas de las sugerencias realizadas por el PGA Tour, sin concretar cuáles son.
Por otro lado, los fabricantes de material de golf también han empezado a responder a la noticia. Según los cálculos efectuados, el cambio supondrá una reducción de entre 13 y 15 yardas en la distancia para los mayores pegadores, 9-11 yardas para la media y de 5 a 7 yardas para una jugadora media del LET o LPGA. Mientras tanto, el impacto para los jugadores recreativos se describe como «mínimo», y se espera que los aficionados regulares pierdan cinco yardas o menos.
En este sentido, TaylorMade ha comentado que «como marca que prioriza la mejora del rendimiento de sus productos para golfistas de todos los niveles, la decisión de hacer que la bola vuele menos es decepcionante. Aunque apreciamos la oportunidad de tener un asiento en la mesa y una voz en el debate, sentimos que esta decisión está simplemente desconectada de lo que los golfistas creen que es mejor para el juego. A lo largo del proceso de toma de decisiones, la USGA proporcionó una plataforma para expresar nuestros puntos de vista, proporcionar nuevas fuentes de datos y participar en discusiones francas. Con espíritu de colaboración, reconocemos y respetamos las reglas que forman parte integral de nuestro juego, incluso cuando no estamos de acuerdo con ellas. De cara al futuro, con la entrada en vigor de las nuevas normas de bolas de golf en 2028 para los golfistas profesionales y en 2030 para los aficionados, aseguramos a todos, en todos los niveles de nuestro juego, que estaremos bien preparados para afrontar estos cambios. Nuestro compromiso con la innovación sigue siendo inquebrantable. Como con cada producto que fabricamos, trabajaremos incansablemente para encontrar vías alternativas para hacerlos mejores y ampliaremos continuamente los límites dentro de los parámetros establecidos por las normas». Firmado por David Abeles, consejero delegado.
