Tiger Woods está dispuesto a pasárselo en grande con su hijo esta semana en el PNC Championship. No tiene otra aspiración. Sí, quiere jugar bien y sí, quiere ganar, pero lo más importante es pasar un tiempo divertido junto a Charlie. Otra cosa es lo que piensa su vástago. «Sí, él es muy competitivo, como todos en la familia», señaló entre risas cuando le preguntaron si el objetivo era ganar esta semana.
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«Es muy emocionante para mí tener la oportunidad de jugar esta semana con mi hijo y de paso recuperar cierta competición después de pasar más tiempo en el gimnasio que jugando», explicó. «Es una oportunidad de pasar tiempo con mi hijo, igual que mi padre hizo conmigo. Va a ser divertido. Eso es lo más importante», añadió.
En cuanto a la presión que tendrá que soportar Charlie, con sólo once años, y tanto seguimiento mediático, Tiger está convencido de que no habrá ningún problema. «Ha jugado muchos torneos en categoría junior. Está acostumbrado a la gente y ahora mismo todos tienen un teléfono y graban vídeos, por lo que también está acostumbrado a esa atención. Esto será diferente, obviamente, pero creo que él le divierte y eso es lo que cuenta», señala.
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En cuanto a las semejanzas con su hijo, Tiger asegura que «tenemos un swing bastante diferente, pero sí es cierto que nos parecemos en los gestos, las reacciones, las muecas que hacemos. Es increíble lo que nos parecemos en las sensaciones que tenemos cuando jugamos. Ahí sí somos parecidos. Lo que más me gusta es ver lo bien que se lo pasa jugando al golf, lo que disfruta con este deporte», apunta.
Tiger no tiene ninguna duda de que su entorno cuando tenía once años era muy diferente al de Charlie. «No tiene mucho que ver. Yo ya jugaba mucho al golf, muchos torneos, pero no despertaba la atención mediática de él. Insisto que para mí lo más importante es que disfrute del juego. Hoy me lo he pasado muy bien viendo cómo pega los golpes, cómo los imagina y los ejecuta. Es muy chulo para mí ver todos eso y poder disfrutar con él», explica.
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En cuanto al futuro de Charlie como golfista, Tiger se lo toma con calma. «Bueno, ya veremos qué ocurre. De momento, lo único importante es que se lo pase bien. Charlie será lo que quiera ser. Yo no voy a influir en nada. Si quiere dedicarse a esto, pues bien, pero será decisión únicamente suya. Mi padre nunca me obligó a jugar al golf y yo nunca lo haré con mi hijo. Lo que él haga en el futuro me parecerá bien. Ahora se trata de tener esos momentos con él».
