A veces sólo hace falta un viento constante de no más de 20 kilómetros por hora en la dirección precisa para que un campo, y en especial un hoyo, ganen en un solo un día diez o veinte años de solera. El campo sería el TPC Twin Cities (Blaine, Minnesota), donde se hoy se ha cerrado la tercera jornada del 3M Open, y el hoyo sería el 18, el bello y retador par 5 que cierra el recorrido y que hoy se ha convertido en el escenario de un drama en sesión continua. Puntualicemos antes de continuar que la solera, cuando hablamos de golf, suele forjarse en el taller del drama y la tragedia (un ejemplo: el 17 de Valderrama, que es un gran hoyo, no tendría toda la solera que tiene si a Tiger no le hubiese dado por irse al agua allí tantísimas veces).
Pues sí, picaba el viento, pero tampoco era un huracán. Venía del Noroeste y eso hacía que los jugadores lo tuvieran en contra en ese 18 (también en el 17, par 3, otro pequeño nido de tragedias) pero quizá sin la intensidad suficiente como para hacerlos desistir a todos de ir a por la bandera… Tampoco era sencillo atacar con decisión esa bandera esquinada yendo de tres a green y el caso es que, por una causa u otra, las bolas al agua no dejaban de multiplicarse. Un dato: a lo largo de la jornada sólo doce jugadores le han hecho birdie a este par 5, mientras que eran 21 los que lo jugaban sobre par, llegando a la docena los que hacían doble bogey o peor, con mención especial para el ´12’ que firmaba allí el coreano Sung Kang, después de mandar cuatro bolas al agua…
Entre unas cosas y otras, pero sobre todo gracias a este viento del Noroeste, resulta que el 3M Open se ganaba cada año (se está disputando la tercera edición) con un registro que necesariamente tenía que rondar el -20, y además había que llegar hasta -16 para meterse en el top ten por la puerta de atrás, y sin embargo este año quizá valga el -14 incluso para ganar. El líder es Cameron Tringale (-12) y el tendrá mucho que decir al respecto, aunque por detrás se apelotonan quince jugadores en un estrecho margen de tres golpes. Por desgracia, ni Rafa Cabrera Bello (-5, hoy vuelta de 71 golpes), ni Sergio García (-4, hoy vuelta de 69), han conseguido alcanzar a meterse en ese paquete garrapiñado de aspirantes.
Tanto el canario como el castellonense libraban el caos del 18 con soltura, firmando ambos sendos pares que en esta tercera ronda eran más que buenos, tal y como se ha visto. Sin embargo, a ninguno les llegaba su juego para de verdad producir una gran ronda de golf. Rafa ha vuelto a alternar errores y aciertos. Un ejemplo gráfico: en el 16, par 4 corto en el que se llegaba bien a green, pegaba seguramente el mejor golpe del día, dejándose una opción de eagle de algo más de dos metros (sacaba el birdie), pero a continuación le caía el bogey en un bravo 17, par 3…
Sergio, por su parte, arrancaba por el hoyo 10 con toda la fuerza del mundo, registrando un convincente y esperanzador parcial de cuatro menos en el primer tercio de su ronda, pero después perdía empuje, sin terminar de sobreponerse a las condiciones de juego, con ese viento del Noroeste picante, aunque dejándose también por el camino alguna buena opción de birdie y, además, finalizando con bogeys en los hoyos 7 y 8 que definitivamente lo descolgaban de la lucha por el triunfo.
Mañana domingo se esperan condiciones muy similares de juego. Mismo viento del Noroeste y parecida intensidad. A ver, los jugadores ya están avisados, así que no deben alcanzarse las mismas cotas de drama, pero habrá quien tenga que jugársela viniendo en los últimos partidos… Rafa y Sergio salen al campo muchas horas por delante de los últimos partidos y, con algo menos de viento, desde luego van a tener la oportunidad de remontar un puñado de posiciones si, por ejemplo, consiguen entregar una tarjeta de 65 golpes, que ha sido la mejor que se ha visto en la tercera jornada (obra de Beau Hossler). Por objetivos exigente que no quede…
