Si fuera una semana normal, sin contrapesos o compensaciones clasificatorias ‘made in play off final de la Fedex Cup’, Jon Rahm (-16) sería el líder indiscutible del Tour Championship con una ventaja de tres golpes sobre sus inmediatos perseguidores, que en este caso serían Cantlay, Na y Horschel, y cuatro sobre un grupeto de armas tomar formado por McIlroy, Thomas y Hovland.
Como quiera que el formato es como es (más atractivo que el anterior, por cierto, que se hacía infumable en la nube de las cifras y proyecciones), resulta que el de Barrika ‘sólo’ es segundo, a un golpe de Patrick Cantlay (-17), aunque ambos hayan cogido una rica renta respecto a Bryson DeChambeau (-11) y Justin Thomas (-10). East Lake no es el Caves Valley de la semana pasada, afortunadamente, así que sirva esta introducción para poner en valor el sobresaliente acumulado de Jon en las dos primeras rondas. Ahora sólo le falta mantenerse y rematar la faena, que es justo la parte que no conseguía cuadrar en los dos primeros play off de este inolvidable año 2021. Como se ve, jugamos con ventaja a la hora de las demandas, deseos o exigencias, precisamente porque las espaldas de Jon lo aguantan casi todo…
Rahm ha firmado hoy otro 65, igual que el jueves, aunque llegando hasta dicho registro por una senda muy distinta. En esta ocasión el español se ha mostrado mucho más irregular con los segundos tiros, hasta el punto de fallar siete greenes en regulación, algunos de ellos pegando desde el fairway y con un wedge en las manos. ¿Cuántas veces, a lo largo de todo el Siglo XXI, tuvimos la sensación de que Tiger no tenía su día y terminaba firmando una vuelta claramente por debajo del par, obligándonos casi a repasar cómo lo había conseguido? Al final, claro, salían las cuentas: algún par 5 jugado de manual, incluso fallando alguno de los golpes; un birdie-bonus enchufándola desde fuera (como hacía hoy Jon en el 14, pateando desde la antesala del green), un purazo en el momento oportuno (el del hoyo 17…), una entretenida exhibición en los alrededores de los greenes… Sí, al final salen las cuentas.
Jon se estaba quedando excesivamente corto en algunos tiros a green, pero también iba salvando los muebles y, muy al estilo Tiger, finalizaba la ronda con tres poderosos birdies consecutivos cuando más parecía flaquear su juego. Las comparaciones son odiosas, y pueden ser hasta ridículas si Woods anda por medio, pero sirvan en este caso para explicar el momento de forma del actual Número Uno del mundo.
Cantlay, por su parte, está gestionando de modo magistral la ventaja adquirida antes de pinchar el jueves en el tee del hoyo 1, combinándola con el juego de cirujano que ya lo llevó al triunfo la semana pasada. Está muy sólido y apenas se atisban errores en su vuelta. Como mucho habría que calificarlos de ligeros desajustes, y ni por esas. Por desgracia para el californiano y para Jon, todavía quedan por delante 36 hoyos y su ventaja no es ni medio definitiva, mucho menos en un campo que se va poniendo duro y fiero según pasan los días y las horas. Todavía puede haber sorpresas, remontadas y duros resbalones, por tanto, aunque no es muy osado sacar de la ecuación ganadora a tipos de la talla de Dustin Johnson (-6), Xander Schauffele (-5) o Brooks Koepka (-4), porque ellos sí están ya demasiado lejos. Tampoco Sergio García (-2) ha conseguido meterse en la pelea después de firmar hoy una vuelta de 70 golpes.
