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Day, una mala bestia

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– Jason Day (-19) se ha llevado el Barclays, primer torneo de los play offs de la FedEx Cup, con una ventaja de seis golpes sobre su inmediato perseguidor, Henrik Stenson, después de entregar la mejor tarjeta del día y de la semana en el Plainfield Country Club de Nueva Jersey (62 golpes). Day, que parece haber multiplicado sus energías, ya es el mejor en la clasificación FedEx y se revela como algo más que una amenaza para el Número 1 del mundo. Este podría ser un sucinto pero certero parte de ‘daños’ tras el paso del huracán.

– Siguiendo la más pura tradición coloquial española, según la cual transformamos con naturalidad el peor de los insultos en el piropo más sincero, aquel que brota de las tripas para mostrar toda reverencia y admiración con rotunda crudeza, como mínimo hay que señalar que el australiano es una mala bestia. Por no escribir cosas peores, que escritas quedan muy feas. Day, en su burbuja, lo quiere todo y se lo queda todo.

– Y no queda más remedio que rebobinar hasta aquella tarde de lunes de hace seis semanas en el Old course de St. Andrews. Allá, en la casa del golf, después de quedarse fuera dramáticamente del desempate por el título, cuenta Day que de repente sintió una extraña y cálida sensación de paz. «Es como si hubieran quedado pagadas todas las deudas y a partir de ese momento supiera que había llegado el momento de ganar y ganar», añadía. ¿Existe un lugar más indicado que el viejo links escocés para sentir y descifrar semejante revelación?

– De repente, un nuevo y apasionante escenario que va mucho más allá del ganador de los farragosos play offs finales del circuito americano. La lucha por el cetro mundial se sitúa por encima de cualquier batalla porque los protagonistas del enconado enfrentamiento lo merecen. El año 2015 de Spieth, y más en concreto el mes de agosto con la explosión del australiano y los coletazos vivificadores de Tiger Woods, traza un antes y un después en la historia del golf. Y todo lo que se atisba en el horizonte es sencillamente ilusionante.

– A Rory, definitivamente, se le ha revolucionado el gallinero. El despliegue de recursos y determinación de Day recuerda casi en cada jornada, o al menos en las decisivas, a aquella marcha devastadora de McIlroy en su partido individual de la última Ryder Cup frente a Rickie Fowler. Malas bestias peligrosas.

Resultados finales del The Barclays