Las vueltas de prácticas de Bryson DeChambeau se han convertido en un parque de atracciones. Es una lástima que de momento no se permita público en los torneos porque se trata de un espectáculo digno de verse en el más riguroso de los directos. Sus vueltas de competición también son espectaculares por las distancias que consigue con cada palo, pero las rondas de entrenamiento, donde aplica el ensayo y error e intenta cosas que después en los torneos no hará, son una montaña rusa.
Lo que más impresiona a Rahm de DeChambeau no es precisamente la distancia…
DeChambeau envía un aviso a navegantes para esta semana en el Travelers Championship. El TPC River Highlands de Cronwell, en Connecticut, es un campo bastante más amable para los pegadores que Colonial, donde se jugó el Charles Schwab Challenge, o Harbour Town, estrecha sede del RBC Heritage hace unos días. Aquí Bryson sí puede soltarse más el pelo y entiende que todo el trabajo que ha puesto en su cuerpo, y en su swing, durante la cuarentena puede ser una ventaja frente a sus rivales. Ya lo está notando en las vueltas de prácticas.
Rahm, en uno de los partidos destacados del Travelers con cobertura total de televisión
Así, según explica el propio DeChambeau, «aquí puedo utilizar toda mi potencia en los nueve primeros hoyos y en dos o tres de los nueve segundos». En este sentido, puso varios ejemplos prácticos. En el hoyo 13, un par 5 de 523 yardas, pega el driver y un hierro 5 de segundo a green. En el hoyo 15, un par 4 corto de 293 yardas, ha pegado el híbrido en prácticas. Pero la joya de la corona es el hoyo 17, un par 4 que gira de izquierda a derecha protegido en ese flanco desde el tee hasta el green por un inmenso lago. Tiene 420 yardas y DeChambeau logró cazar el green de uno.
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«Necesité tres o cuatro intentos para llegar a green, pero lo acabé consiguiendo cuando logré que la bola saliera con 198 millas por ahora de velocidad. No lo voy a hacer en el torneo porque no merece la pena. Para ello tendría que tener una velocidad de bola frecuente de 200-205 millas, y no es el caso. De todos modos, es divertido poder intentarlo en prácticas y qué salga», asegura. Para superar el lago necesita pegar de vuelo 370 yardas… Por cierto, el ganador el año pasado del Campeonato del Mundo de drive más largo, Kyle Berkshire, pegó 406 yardas.
DeChambeau se lo está pasando en grande en este regreso a la competición, sobre todo en las rondas de entrenamiento. «Es muy divertido porque parece que estoy jugando un campo totalmente diferente al del año pasado. Estoy pegando hierros donde antes ni siquiera me lo podía plantear. Es muy divertido probar cosas que antes era incapaz de hacer», afirma.
En este sentido, otro aspecto con el que hay que quitarse el sombrero con DeChambeau es lo rápido que ha sido capaz de ajustarse a sus nuevas distancias. Esto sólo se explica por la cantidad de horas de trabajo y ‘trackman’ que hay puestas detrás. Lo lógico es que tuviera muchos más desajustes, pero sus resultados en Colonial (3º) y Harbour Town (8º) demuestran lo contrario.
Tee times: Jon, Sergio y Rafa, en el mismo turno en el Travelers
