Rory McIlroy miró más allá del green en forma de isla de TPC Sawgrass. Hace tiempo que había caído la noche, pero los focos de las gradas en forma de estadio proporcionaban suficiente iluminación para admirar la gran obra maestra del arquitecto Pete Dye.
Hace un año, se podría decir que McIlroy se hizo con una de las victorias más grandes de su carrera en el The Players Championship, cuando salió vencedor frente a una avalancha tardía de competidores después de un conmovedor final. El golfista norilandés regresaba una vez más al escenario de ese triunfo, un contraste impresionante con sus primeras tres participaciones en este torneo, en las que no superó el corte.
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“Creo que todas las veces que he jugado por primera vez en un recorrido de Pete Dye no lo he apreciado ni me ha gustado, y siento que no puedo… me intimida visualmente”, explicó McIlroy. “Me parece que acabas poniendo la bola desde el tee en el mismo lugar que los demás y es un estilo de golf muy estratégico. Creo que necesitaba aprender a jugar con ese estilo de golf.
“Era terco y un poco inmaduro, y estaba intentando ganarle a este campo por la fuerza, algo que no puedes hacer”.
Dye habría sonreído al escuchar la frustración inicial de McIlroy. Después de todo, es la misma persona que declaró una vez: “El golf no es un deporte justo, ¿por qué tengo que construir un campo de golf justo?”
Esa declaración, inclinando el sombrero, es una despedida ideal de Dye, que falleció el 9 de enero a los 94 años.
La muerte de Dye ocurrió a las pocas horas de que McIlroy alabara su recorrido.
“La influencia de Pete, que ingresó en 2008 en el Salón Mundial de la Fama del Golf, tiene un gran alcance y ha dejado una huella global en el golf tanto profesional como amateur”, dijo Jay Monahan, comisionado del PGA Tour. “Diseñó algunos de los campos de golf más famosos en el mundo, aunque ninguno más reconocible que The Players Stadium Course de TPC Sawgrass.
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“Aquí es donde Pete logró dar magistralmente vida al concepto revolucionario de estadio de golf del comisionado Deane Beman, combinando la visión de Deane con un diseño brillante que se celebra anualmente como uno de los grandes recorridos estratégicos del mundo durante The Players Championship”, agregó.
En cierto modo, McIlroy era la prueba ideal para uno de los diseños más duros de Dye. No pasó el corte de The Players en 2009, 2010 y 2012, y acumuló una docena de golpes sobre el par en esas tres participaciones.
Sin embargo, después de 2012, empezó a recomponer el puzle de Dye. Terminó entre los 15 primeros en cada una de sus siguientes cuatro participaciones y, después de un empate en el puesto 35 y un corte fallado, logró encajar todas las piezas en su sitio con una victoria en 2019.
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Estas son las razones por las que perdurará el legado de McIlroy como el último golfista que domina el Stadium Course en los días finales de su creador.
“Jay dijo algo fundamental antes. Dijo que es el recorrido de golf más democrático de todos”, señaló McIlroy. “No favorece a nadie. Tienes que estar presente, dar los golpes necesarios y jugar bien desde el jueves por la mañana hasta el domingo por la tarde”.
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“Fallé mis primeros tres cortes aquí, así que tardé un poco en entender este lugar”, agregó. “Pero creo que sé finalmente cómo funciona”.
La cuestión pendiente ahora es si puede incrementar ese legado en 2020 revalidando el título. En The Players todavía se está esperando a un ganador en dos años consecutivos y solo se han visto seis ganadores de múltiples ediciones en toda su historia.
“Va desde Fred Funk a Tiger Woods, pasando por Matt Kuchar y otros, aquí han ganado todo tipo de golfistas y todo tipo de estilos de juego, algo que lo hace especialmente complicado”, dijo McIlroy. “Creo que recorrer este campo es duro porque no se adapta a un estilo único y se puede jugar de muchas maneras distintas, hace que más gente pueda competir”.
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A lo largo de los años, el diseño de Dye ha recompensado a todo tipo de golfistas y las cifras lo pueden demostrar. Tiger Woods es el único golfista que ha ganado este torneo en múltiples ocasiones en los últimos 25 años, y es uno de los únicos tres que han ganado siendo número uno del mundo – lo logró en 2001 y 2013, mientras que Greg Norman hizo lo propio en 1996 y Jason Day en 2016. Un cuarto jugador, David Duval (1999), escaló a la cumbre del golf después de su victoria.
Es posible que McIlroy se una a ese grupo selecto en marzo, después de volver a alcanzar el número uno del ranking mundial a principios de febrero, tras su participación en el AT&T Pebble Beach Pro-Am. Por supuesto, esto podría cambiar antes de que el circuito retorne a Ponte Vedra Beach –todavía quedaban por jugar, entre otros, un torneo del World Golf Championship y el Arnold Palmer Invitational, cuando se escribió este artículo—no obstante, McIlroy está en disposición de llegar a TPC Sawgrass siendo el mejor del mundo.
La reválida del título es una cuestión histórica para McIlroy, que se siente listo para el desafío.
“Creo que cuando tengo el día soy el mejor golfista del mundo y que puedo hacer eso durante mucho tiempo”, dijo. “En un futuro próximo, siento que puedo ser el mejor del mundo, y quiero sacarle el máximo partido. Creo que con toda la experiencia que tengo y lo que he aprendido a lo largo de estos últimos diez años, puedo lograr que los próximos diez sean aún mejores”.
El golfista de 30 años ganó cuatro veces en 2019, empezando con The Players en marzo. A partir de ese momento, conquistó el RBC Canadian Open, el Tour Championship, su segunda FedExCup y el premio al jugador del año del PGA TOUR. Terminó 2019 con su primera victoria de la nueva temporada en el WGC-HSBC Champions y ocupa actualmente el sexto puesto de la FedExCup.
McIlroy se permitió reflexionar sobre todos estos logros durante el último mes del año, cuando puso a resguardo los palos, salvo para jugar un torneo benéfico de Jack Nicklaus el 1 de diciembre, y una ronda con su padre, Jerry, en su club de golf de Seminole, Florida.
“Me desconecté y estuvo muy bien”, dijo McIlroy sobre el descanso invernal. “Cuando regresé a Estados Unidos el día de Año Nuevo, saqué los palos del armario y me puse a practicar”.
Aparentemente, el largo retiro no afectó demasiado a su juego y terminó empatado en el tercer puesto en su estreno de 2020 en el Farmers Insurance Open.
Un descanso tan largo podría presagiar problemas para el resto de los jugadores del circuito. McIlroy mantiene que la mayoría de sus metas para la temporada están ligadas a estadísticas –en concreto el juego corto y el putt—aunque se le escapó que le gustaría llegar a superar su record personal de cinco victorias de 2012.
“Me gustaría mejorarlo en algún momento, así que la sexta victoria es algo por lo que sigo luchando”, dijo. “Pero hay muchas cosas que intervienen para ganar esos torneos, por lo que tengo que concentrarme en mi práctica y lo que tengo que hacer en ese sentido. Si lo hago bien, espero llegar al número seis y ganar esos torneos será simplemente un resultado de todas las cosas buenas que hago fuera del campo de golf”.
Este año se cumplen diez años desde la primera victoria de McIlroy en el PGA TOUR, cuando ganó con una ronda final de 62 golpes en el Wells Fargo Championship. El joven de 20 años con aspecto de querubín ha ganado 17 veces más desde entonces y se ha convertido en una superestrella del golf mundial.
¿Quién sabe cuántas victorias va a agregar a su saldo antes de poner fin a su carrera? Pero hay algo cierto: siempre podrá jactarse de al menos una victoria –quizá más— en el Stadium Course de Pete Dye.
“Significa mucho porque es nuestro torneo, y creo que los compañeros te reconocen ese logro”, dijo McIlroy. “Honestamente, creo que ganar The Players el año pasado contribuyó mucho a que obtuviera el premio a mejor jugador del año del PGA TOUR. Creo que los golfistas reconocieron que ganar este evento significa mucho y que todos quieren ganar este torneo”.
