Keegan Bradley (-12) no necesitaba exactamente ganar esta semana el BMW Championship para meterse en el último play off. No lo necesitaba, pero casi. Llegaba a este segundo play off en el último puesto de la cola, puesto 50º del ranking, pero ahora mismo es el líder, después de tres jornadas y una ronda de golf de sábado maravillosamente disparatada, con tan solo cuatro pares firmados en la tarjeta (además de ocho birdies y seis bogeys) y un registro de 70 golpes, dos menos en el día.
A Bradley no queda más remedio que respetarlo una barbaridad. Y no sólo por ser el próximo (y sorprendente) capitán del equipo estadounidense de la Ryder. El caso es que nunca terminó nadie de creerse que él pudiera llegar a ser un jugador de época, un coloso del golf, ni siquiera después de haber ganado aquel PGA, un Grande, en los albores de su carrera (2011). Pero nunca tampoco se ha podido dejar de contar con él, tampoco ahora, a sus 38 años. Tiene mucho amor propio. Tiene coraje. Lo vive como nadie. Y ahí está, a las puertas de otro gran éxito. Mañana sale líder, con un golpe de ventaja sobre Adam Scott (-11) y dos sobre los suecos Aberg (-10) y Noren (-10).
El veterano australiano merece capítulo aparte: salía hoy como líder destacado y ha tenido el temple suficiente para remontar una vuelta que apestaba a desastre, y de los gordos, puesto que marchaba cuatro más en los primeros cuatro hoyos. Y todavía va a tener la oportunidad de ganar por segunda vez, once años después, un torneo de los play offs de la FedEx Cup. Noren y Aberg, por su parte, buscarán su primera victoria en este tramo decisivo de la temporada… Bueno, en realidad Noren busca su primer triunfo en el PGA Tour, quién lo iba a decir, tratándose de un jugador de su talla y con 182 torneos a sus espaldas en este circuito. Así de cara resulta la gloria por estos pagos. Lo curioso del asunto es que Bradley, Scott y Noren llegaban al Castle Pines Golf Club (Colorado) fuera de los treinta primeros y ahora mismo está metidos en la final de la semana que viene.
Por desgracia para todos ellos, los cuatro principales candidatos, hay dos tiburones que mañana pueden ser algo más que amenazas remotas. Uno es Xander Schauffele (-7), que hoy ha reaccionado tras el fiasco del viernes y lo ha hecho con el segundo mejor registro del día (tarjeta de 67 golpes), así que todavía aspira a arrebatarle el Número 1 del ranking a un Scottie Scheffler (+1) muy desdibujado (hoy, 74 golpes). Recordemos: necesita ganar y que el texano sea quinto o peor. Lo sigue teniendo muy difícil, pero ahora al menos está en su mano, porque parece poco menos que imposible que Scheffler remonte tan alto el domingo. El otro es Wydham Clark (-7), el jugador local, que anda espitoso ante su afición, realmente muy motivado, encendido, quién sabe si, incluso, no lo está demasiado. Pero el caso es que hay que contar con él.
Ahora mismo hay cuatro jugadores que llegaban fuera de los treinta primeros y están metidos en el Tour Championship de la semana que viene: Bradley, Scott, Noren y Fleetwood. Y obviamente otros cuatro que llegaban dentro y ahora mismo están fuera: McCarthy, Day, Thompson y Thomas. Pero el asunto, seguro, todavía va a dar muchas vueltas en los 18 hoyos que restan.
